La policía asestó ayer otro duro golpe a la venta de droga al menudeo en Valencia. Una operación de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) se saldó con la detención de 20 individuos, la mayoría de ellos con antecedentes delictivos, acusados de pertenecer a varios clanes de etnia gitana que distribuían sustancias estupefacientes en la ciudad de Valencia y varias poblaciones de la comarca de l’Horta.

Los arrestos se produjeron sobre las ocho de la mañana de ayer de forma simultánea en Valencia, Alfafar y Torrent, según informaron fuentes jurídicas. Un centenar de policías participaron en la operación, entre los investigadores y los agentes que asaltaron las viviendas de los narcotraficantes, con el apoyo desde el aire del helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía. Las puertas de algunas casas fueron derribadas o arrancadas con un ariete para evitar que los detenidos intentaran escapar por las terrazas o tuvieran tiempo de deshacerse de las drogas.

Medidas de seguridad

Según las investigaciones, varios de los detenidos distribuían sustancias estupefacientes a pequeños traficantes, por lo que la policía ha evitado la venta inmediata de miles de dosis de cocaína y heroína. Las pesquisas de los agentes antidroga les llevó a determinar que los clanes adoptaban medidas de seguridad para proteger sus casas, donde nunca almacenaban grandes cantidades de droga. Además, los traficantes contaban con colaboradores para detectar cualquier movimiento policial sospechoso. Estos individuos les avisaban de la presencia de alguna patrulla en las inmediaciones, y a cambio recibían alguna dosis de cocaína o heroína.

Por estas razones y debido al número de viviendas que tenían que asaltar de forma simultánea y luego registrar, los investigadores reclamaron la colaboración de tres grupos especiales de la Policía Nacional, el Grupo Especial de Operaciones (GEO), el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) y la Unidad de Intervención Policial (UIP), así como el apoyo de patrullas de Seguridad Ciudadana.

El amplio despliegue policial en la calle Escalante en el barrio del Cabanyal, donde fue detenida una mujer, su hijo y su nuera, coincidió con la entrada de los alumnos de varios colegios cercanos. Los agentes cortaron el tráfico en la calle durante el tiempo que duró el registro de una vivienda.

Tras informar de sus derechos a las tres personas arrestadas, los policías trasladaron a los presuntos traficantes a un furgón policial. Varios vecinos observaron la escena con rostros de indiferencia desde los balcones y ventanas de sus casas, mientras los detenidos, despeinados y ojerosos, cruzaban miradas desafiantes con los policías.

«A mí me ha despertado el helicóptero», afirma Vicente G. «He salido a la calle y me he asustado porque he visto a un policía con un pasamontañas», añade el vecino, que se tranquilizó cuando se dio cuenta de que la policía «tenía la situación controlada».

A la misma hora, en la calle San José de Alfafar, otro importante despliegue policial causaba un gran revuelo. El helicóptero de la policía también sobrevoló esta localidad después de que los agentes asaltaran una vivienda donde residían varios de los detenidos.

Además de la veintena de personas arrestadas, las mismas fuentes jurídicas señalaron que la policía se incautó de diferentes cantidades de cocaína, heroína y marihuana, así como de dinero en efectivo, varias básculas de precisión y otros útiles para manipular las sustancias estupefacientes. El duro golpe asestado ayer al tráfico de drogas a pequeña escala fue el resultado de una ardua investigación de la Udyco de la Jefatura Superior de Policía de Valencia.

De acuerdo con en el artículo 369 del Código Penal, la comisión de un delito de tráfico de drogas por quienes pertenecieran a una organización criminal conlleva penas de prisión que oscilan entre los nueve y los doce años de cárcel, así como una multa que puede llegar a cuadriplicar el valor de la droga intervenida.