4.000 asistentes acudieron a la cita, en la que se homenajeó a Atxen Jiménez y a la novelista Dolores Redondo
Unas cuatro mil personas se dieron cita el pasado domingo en Cintruénigo para celebrar la 13ª edición de la fiesta de la gastronomía, que contó con un presupuesto de 11.000 euros. A partir de la primera hora de la mañana se sucedieron una serie de actividades, todas ellas destinadas a resaltar las posibilidades gastronómicas locales y de la comunidad. Visitas guiadas a bodegas, ruta de pinchos y de restaurantes, gastronomía de asociaciones de inmigrantes, diversos maridajes entre vinos y alimentos, diversas degustaciones y hasta un pasacalles, constituyeron el núcleo de una jornada en la que primó el ambiente similar al de los días más importantes de las fiestas patronales y que contó con la participación de 100 voluntarios de numerosas entidades de la vida local. Todo ello contando con una climatología favorable que permitió la llegada a Cintruénigo de varios miles de personas procedentes de otras localidades del contorno y que llenaron por completo todos los restaurantes locales. 
Y es que el único desembolso que había que realizar son los dos euros que costaba un plato de cerámica de la Rioja, en el que los voluntarios depositaron el grueso de las degustaciones: alubias pochas y ternera. Paralelamente en la Almazara del Ebro se repartieron 2.000 tostadas con ajo y aceite y en la Plaza de Capuchinos, cerca de 100 kilos de chistorra. No obstante la degustación estrella volvió a ser la ternera asada, una hembra mestiza de raza belga y frisona de 13 meses de edad, que pesó 120 kilos en canal y de la cual se obtuvieron unas 1.200 raciones individuales. El animal había sido criado en la explotación que en Cintruénigo posee José Manuel Simón Rázquin y fue asado durante 10 horas a partir de las 12 de la noche en los Paseos, por el personal de la empresa especializada Ibarrondo. 
LOS ACTOS PROTOCOLARIOS
Pero el acto protocolario del pasado domingo tuvo por protagonistas a dos mujeres: Atxen Jiménez, propietaria del restaurante tafallés Túbal; y Dolores Redondo, laureada novelista que reside en Cintruénigo desde el año 2006.
Jiménez recibió el premio Gastronomía Navarra y Redondo fue la encargada de leer el pregón de la jornada. En un escenario colocado en los Paseos, estaban la vicepresidenta del Gobierno de Navarra Lourdes Goicoechea, el consejero de bienestar social Íñigo Allí, el presidente del Parlamento Alberto Catalán, el senador Pachi Yanguas y la corporación cirbonera con su alcaldesa Raquel Garbayo a la cabeza. 
Precisamente Garbayo fue la encargada de detallar los merecimientos de las dos mujeres. A Atxen Jiménez la definió como “matriarca de la gastronomía navarra” y dijo de ella que “ha dado toda su vida por la restauración como lo demuestra su trayectoria salpicada de premios y reconocimientos”. De Dolores Redondo, la alcaldesa cirbonera afirmó que lleva “con orgullo el nombre de Cintruénigo allá donde va”.
La escritora pronunció su pregón desde un atril y en él aludió a la gastronomía de Navarra “que se ha convertido en santo y seña de todos mis libros”. Luego asoció gastronomía con cultura y con identidad y animó a todos los presentes: “Comed y bebed y disfrutad de este día”.
Posteriormente, Atxen Jiménez recibió su galardón de manos de Lourdes Goicoechea y señaló que toda su vida “ha sido como un premio y la oportunidad de renovar algunas aportaciones a la gastronomía de Navarra. Mis merecimientos han sido realmente fáciles de desarrollar – subrayó – gracias a los productos que Navarra nos ofrece”. Concluyó diciendo que quería compartir el premio con “todos los presentes”.
ATXEN: “NO PIENSO EN RETIRARME”
Atxen, finalizado el acto protocolario reconoció sentirse “muy emocionada porque desde que he llegado a Cintruénigo no he recibido más que atenciones y todo está siendo muy agradable”. Le causó una sensación especial recibir el premio Gastronomía Navarra “en un acto tan popular en la calle y con toda la gente presente, que por cierto ha estado conmigo muy simpática. Cuando me designaron ya me advirtieron de que se trataba de una fiesta multitudinaria, pero estoy asombrada y sobre todo muy feliz porque todo ha sido como muy entrañable”. Sobre su trabajo en Túbal afirmó: “Es mi vida que comparto con Nicolás y Beatriz y todo el personal… Y porque es mi vida no me pienso retirar. Soy feliz en mi casa con los míos trabajando, porque siento que es donde puedo aportar algo. Por eso seguiré día a día”.