El ministro de Interior ensalza la reputación de la Guardia Civil pese a la crisis de instituciones
La Generalitat entrega una bandera nacional a la Benemérita de Valencia en una ceremonia amadrinada por Rita Barberá
Las Provincias, , 06-10-2014La Guardia Civil no está en crisis. El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, destacó ayer que la Benemérita «ha sabido mantener su reputación a pesar de la crisis de valores que afectan a otras instituciones». Fernández Díaz realizó estas declaraciones durante su intervención con motivo de la celebración en Valencia de la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, que este año coincide con el 170 aniversario de la creación del cuerpo.
El ministro manifestó que los ciudadanos confían en la Guardia Civil, que presta unos servicios «modernos, eficaces y de calidad», y aseveró que la Benemérita se ha convertido en «un referente máximo de confianza pública», junto al Cuerpo Nacional de Policía y las Fuerzas Armadas, y «mantener su buen nombre ha sido desde su creación uno de sus retos fundamentales».
El evento consistió en una ceremonia de entrega de una bandera nacional, donada por la Generalitat, y un desfile en el que participaron un total de 750 efectivos y 98 vehículos de diferentes unidades y especialidades de la Guardia Civil, así como un batallón formado por miembros del Ejército de Tierra y de la Unidad Militar de Emergencias. Al acto asistieron también el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García – Margallo; el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra; el presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino; el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; el general jefe de la VI Zona de la Guardia Civil, Fernando Santafé; el delegado del Gobierno en la Comunitat, Serafín Castellano; y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, entre otras autoridades.
Fernández de Mesa aseveró que el trabajo que realizan los guardias civiles está sometido «a un control y una presión permanente» que puede llevar a una cierta incomprensión de la sociedad, «pero nada más lejos de la realidad, porque los españoles os quieren y os necesitan», añadió.
Tras mencionar varios lugares donde desempeña la Guardia Civil su labor, como las fronteras de Ceuta y Melilla, el director general de la Benemérita afirmó que los agentes «lo dan todo para evitar la entrada masiva y violenta de la inmigración ilegal, y evitar que las mafias se beneficien de forma repugnante de un drama que conocen mejor que nadie». Fernández de Mesa también precisó que la Guardia Civil «no impone la razón por la fuerza, sino que utiliza la fuerza de la razón cuando tiene que actuar».
Durante el acto, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, actuó como madrina de la ceremonia de entrega de una bandera de España a la VI Zona de la Guardia Civil. El presidente de la Generalitat entregó la enseña nacional al general Fernando Santafé. Luego continuaron los discursos ante la impaciencia del público que esperaba el comienzo del desfile a ambos lados del Paseo de la Alameda.
La alcaldesa destacó que campos y caminos de nuestra geografía han gozado, a lo largo de 170 años, de una mayor protección y seguridad «gracias a la continua y entregada labor de la Guardia civil, que tiene por divisa el honor, y por deber y vocación servir a España y a los españoles». Rita Barberá fue interrumpida por algunos aplausos del público, aunque fueron sólo unos segundos, cuando dijo que los valencianos reconocen su singularidad como pueblo, al tiempo que se sienten orgullosos «de formar parte de esta gran nación que es España».
Y antes de la entrega de condecoraciones, el general Fernando Santafé recordó «la gesta del barranco de Bellver en Castellón, donde murieron los primeros guardias civiles de nuestra historia, salvando a unos viajeros de la fuerza de las aguas». Unas palabras que calaron hondo en la voluntad de guardias civiles como el comandante Jairo Torres, que arriesgó su vida en la detención de un comando terrorista; el sargento Enrique Ferrero, compañero de los tres guardias civiles que fallecieron en el accidente de helicóptero de León y miembro también del equipo de rescate que auxilió al montañero; y el guardia civil Carlos Rodríguez, que estuvo a punto de morir en un incendio en Llíria. Los tres miembros de la Benemérita recibieron la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo.
Al cabo primero Francisco Vázquez le impusieron la misma condecoración, pero en su categoría de plata, por su participación activa en la desarticulación de una organización criminal asentada en la provincia de Alicante; y a los guardias David Lázaro y Daniel Sánchez les otorgaron la misma cruz con distintivo blanco por rescatar al agente que quedó atrapado en el incendio de Llíria y auxiliar a los vecinos.
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