Internacional
En Turquía: velos sí, piercings no
ABC, , 04-10-2014De un plumazo, el gobierno islamista de Erdogan uniformiza a los niños y adolescentes que reciben educación pública, en línea con su propósito de «criar una generación devota»
La semana pasada informamos de que el gobierno turco levantaba la prohibición de utilizar el velo en los institutos públicos de educación secundaria. Pues bien, este fin de semana, el Boletín Oficial publicó un decreto gubernamental que especifica la nueva regulación de la vestimenta en las escuelas públicas, en la que se permite que las niñas a partir de 10 años puedan llevar velo, al tiempo que prohíbe el uso de otros complementos, tanto políticos como estéticos, contrarios a la moral que el ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan intenta imponer en Turquía.
«Los estudiantes tienen que asistir a las escuelas con sus rostros visibles. No pueden usar pañuelos, gorras, sombreros, bolsas o materiales similares que lleven símbolos, fotografías o escritos políticos. No pueden teñirse el pelo, no pueden llevar tatuajes o maquillaje, no pueden llevar piercings, no pueden llevar bigote o barba», se lee en el texto oficial.
De un plumazo, el gobierno islamista de Erdogan uniformiza a los niños y adolescentes que reciben educación pública, en línea con su propósito de «criar una generación devota», tal y como el presidente turco ha proclamado en alguna ocasión. La medida ha sido fuertemente criticada por la mayoría de los sindicatos educativos, aunque no por todos: Egitim – Bir – Sen, que agrupa a los profesores islamistas, pide incluso que los niños sean separados por sexos en las clases.
«Aquellos que han convertido Turquía en un país de prohibiciones y violaciones de derechos humanos presentan a niñas nueve años llevando velo como un asunto de libertad en el código de vestimenta», ha dicho el líder de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu. «Una mentalidad que incluso tiene problemas con las ropas de una presentadora de televisión no puede hablar sobre dicha libertad», ha asegurado, refiriéndose a un episodio reciente en el que la conductora de un programa fue despedida después de que un alto cargo del gobierno turco asegurase que llevaba «demasiado escote».
«No abandonéis a vuestras hijas a la mentalidad del Estado Islámico», ha proclamado Kiliçdaroglu, asegurando que la ideología del gobierno «no es local». Con los yihadistas expandiéndose por la frontera sur de Turquía, y con el ejecutivo de Erdogan acusado de apoyar al Estado Islámico, el comentario no ha pasado desapercibido.
Pero además, de un solo plumazo, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) se desenmascara, acabando con sus últimas pretensiones de ser la versión musulmana de los partidos democristianos europeos, que durante un tiempo les ha valido el apoyo de muchos liberales no religiosos que les consideraban la punta de lanza de la democratización del país.
Porque es cierto que en Turquía, la ortodoxia kemalista la ideología oficial creada por los seguidores del militar secularista Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la moderna República Turca – ha sido tradicionalmente muy intolerante con los conservadores religiosos, y prohibiendo toda manifestación de religiosidad en el ámbito público, incluyendo el uso del velo. Se llegó al punto de que muchas estudiantes devotas debían ponerse una peluca sobre esta prenda para poder asistir a la universidad sin violar un precepto que es obligatorio en el islam.
De esta forma, durante años uno de los lemas del AKP ha sido: «Respetamos todos los estilos de vida, pero queremos que se respete el nuestro». Ahora, con este decreto, el gobierno de Erdogan demuestra justo lo contrario, que no respeta otro estilo de vida que el de los religiosos que componen el grueso de sus votantes.
(Puede haber caducado)