«Suplicamos a quien tenga a nuestra madre que la deje»
La Guardia Civil investiga los últimos movimientos de la peruana en Valencia y rastrea su domicilio en busca de pistas Las hijas de la mujer desaparecida temen por su vida
Las Provincias, , 03-10-2014La desesperación inunda cada palabra que pronuncian Evelyn y su hermana Luz María, hijas de la vecina de Valencia de origen peruano que desapareció hace un mes en la ciudad. «El corazón me dice que no está muerta, nos aferramos a esa esperanza. Sabemos que ella jamás se iría sin avisarnos. Por eso suplicamos que si alguien la tiene, la deje. Si se trata de un accidente, que lo revele. Sólo queremos que regrese. Es una buena mujer, no se merece que nadie le haga daño».
El caso es desconcertante. Hasta donde saben sus hijas, Rosalina Solorzano, de 70 años, llevaba una vida «serena y ordenada». Lina, como la conocían coloquialmente, era «activa, lúcida e independiente». La mujer, separada y madre de tres hijas, llegó a España en 2009 y desde entonces trabajaba para un vecino de Meliana cuidando a sus familiares. En la actualidad era la madre de este hombre, una mujer de avanzada edad, la que recibía la atención de Lina. Fue precisamente esta familia la que la vio por última vez a las 16.30 horas del viernes 5 de septiembre. Según investigaciones posteriores, parece que la mujer cogió el metro y regresó a su piso de Valencia, en el distrito Marítimo. De hecho, «en la casa está todavía la dentadura postiza que Lina solía utilizar», asegura su hija Luz María.
En ese domicilio, Rosalina alquilaba habitaciones a inmigrantes. «Dos de ellos han sido interrogados y no parecen guardar relación con su desaparición, de hecho están colaborando en todo», aclara Evelyn. Lo cierto es que a partir de ese día ya nadie ha visto a la peruana.
En las incontables llamadas que sus hijas han efectuado al teléfono móvil que portaba la mujer siempre reciben el mismo mensaje: «El buzón de voz del abonado está lleno. Vuelva a intentarlo más tarde». Todas sus pertenencias están intactas: su ropa, sus medicamentos, su vajilla, su pequeño transistor… Su cuenta bancaria no ha registrado ningún movimiento. «No hay nada que nos lleve a sospechar que se ha marchado por propia voluntad», aseguran.
La Guardia Civil ya ha inspeccionado la casa sin encontrar una prueba criminal contundente. Siguen las labores para reconstruir los últimos movimientos de Lina y saber con qué personas se relacionaba. Por el momento, los agentes no descartan ninguna hipótesis en el caso.
La desaparecida es una mujer de muy baja estatura y tez morena. Pesa 50 kilos y tiene los pómulos bastante marcados. Cualquiera que tenga pistas sobre su paradero debe telefonear al 062 de la Guardia Civil.
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