mercado laboral

La emigración de españoles afectará al crecimiento futuro de la economía

El Banco de España pide que se tomen medidas en el mercado laboral para facilitar el regreso de miles de personas

Deia, Leire Uria, 29-09-2014

Bilbao – 547.890 personas abandonaron España el pasado año en busca de un futuro laboral que se antoja complicado en un país con 5.622.900 parados, traducido en una tasa de paro del 24,47%, según la última Encuesta de Población Activa del INE. La cifra, los más de medio millón de ciudadanos que emigraron en 2013, la ofreció la pasada semana el estudio sobre flujos migratorios en España durante la crisis publicado por el Banco de España. Con los datos en la mano, la entidad monetaria alerta sobre las consecuencias de un fenómeno, el de la exportación de trabajadores, que no ha dejado de crecer en el último lustro.

El Banco de España observa una relación directa entre el volumen de desempleo y la probabilidad de emigración y como el primer variante no ha dejado de crecer profundizando una crisis constante, el segundo tampoco. No es algo nuevo. De hecho, desde 2010 el saldo migratorio es negativo en España. Sale más gente de la que entra, algo que antes de 2008 parecía poco creíble. Eso, llevado al campo económico significa atraer posibles problemas, según algunos expertos en la materia.

Es el caso del Banco de España, que apunta a que la alta emigración de españoles “podría llegar a tener un efecto significativo sobre el crecimiento potencial de la economía española”. Tanto, que en su informe puso el foco sobre “la necesidad de maximizar los esfuerzos encaminados a reducir la elevada tasa de paro, así como a propiciar un marco laboral que facilite el regreso futuro de las personas que han emigrado con la crisis”.

La ansiada recuperación sigue resistiéndose e incluso el Banco de España explicó la semana pasada que el crecimiento podría ralentizarse en el Estado hasta final de año. En ese escenario, cualquier condicionante puede resultar clave y el de la migración sin duda tendrá un peso específico.

Podría entenderse que al Banco de España le preocupa la salida de talento que acarrea este fenómeno migratorio, pero no solo han emigrado personas con una alta cualificación y todas las salidas son importantes. El estudio presentado el miércoles argumenta que quienes se marchan empezaron siendo jóvenes con elevada cualificación, pero que desde 2010 ha cobrado peso la proporción de emigrantes con bajo nivel educativo y mayor edad. Ello se debe, según el estudio, al avance de la destrucción de empleo en sectores como el de la construcción, uno de los más dañados en el último lustro. El estudio incide en que “en lo que respecta tanto al tamaño como a la composición de la población activa por nivel educativo, el cambio de signo del saldo migratorio puede tener implicaciones relevantes”.

Otro reciente informe del Instituto de la Juventud de España cifró en 218.000 los menores de treinta años españoles que abandonaron el Estado entre 2009 y 2013.

Extranjeros de regreso

Además en estos años la migración de extranjeros desde España ha experimentado algo similar, ha crecido de forma exponencial. Muchos han regresado a sus países de origen ante la falta de oportunidades en un mercado laboral demasiado estático en los últimos años.

Precisamente los extranjeros son los que más emigran. Son el 85%, según el análisis de migración. Eso sí, con la crisis se ha duplicado el número de los españoles de nacimiento emigrados, pasando de los 25.500 de 2008 a los más de 52.160 del pasado 2013. Gracias a todo ello, el saldo migratorio negativo desde el año 2010 se elevó hasta las 256.489 personas en 2013.

“Con la llegada de la crisis, el saldo migratorio de la economía española ha cambiado radicalmente. Si con anterioridad España destacaba por recibir unos flujos de inmigración muy elevados, que llegaron a alcanzar alrededor del 2% de la población total en un solo año, desde 2010 el saldo migratorio se ha vuelto negativo y en 2013 el número de emigrantes ha superado el medio millón de personas”, explica el informe hecho público esta pasada semana en Madrid.

En concreto, según la Estadística de Migraciones del BdE, con el comienzo de la crisis en 2008 se desaceleró la llegada de inmigrantes, pasando de un millón de personas llegadas en 2007 el 2% de la población total, a 500.000 en 2009 y 342.000 el año pasado. Mientras, se produjo un incremento exponencial de la emigración, con más de 300.000 salidas en 2009 y unas 547.890 en el año 2013, el 1,2% de la población a 1 de enero de 2014. Este aumento de las salidas hacia el extranjero, unido a la desaceleración observada en las entradas, ha provocado ese saldo migratorio negativo desde el año 2010.

Según la antigua entidad emisora, “los españoles muestran una propensión creciente a emigrar en el periodo más reciente y parecen responder de manera similar a los factores que influyen en la emigración de los extranjeros, las tasas de empleo de origen y en el país de destino”.

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