Roberto vino hace catorce años. Asegura que habría alargado su estancia en Gipuzkoa más tiempo pero ha decidido poner punto final a esta etapa. Sobre todo por la situación laboral. «Últimamente he trabajado dos meses en un sitio, tres en otro… No he tenido una aportación continua a la seguridad social porque me he visto obligado a cobrar en negro para poder sobrevivir», explica este titulado en Comercio Exterior. «Yo vine sólo para que mis hijos, que se quedaron en Ecuador, pudieran ir a la escuela y a la universidad. Eso ya se ha cumplido. Pero aunque no fuera así, aquí ya no tengo algo para poder visualizar un futuro, como cuando vine», explica. Además añade que «he vivido feliz aquí y la gente me ha respetado. Pero también conozco inmigrantes a los que se les están denegando algunos derechos.»