Alba salió de Nicaragua hace ocho años. «Lo hice en busca de una mejor calidad de vida. Cuando llegué a España se podía encontrar trabajo, incluso elegirlo», indica esta profesora y abogada. Pero con la llegada de la crisis se encontró con una realidad que no se parece en nada a lo que el país era cuando llegó. «Ahora falta sensibilidad por parte de los gobernantes. Porque necesitamos trabajo, pero sobre todo salud y ser atendidos por los servicios sanitarios», apunta. En este sentido, no ve extraños que compatriotas suyos estén haciendo las maletas de vuelta a su país. «La gran mayoría de los inmigrantes no vinimos aquí para hacernos ricos», añade. Esta nicaragüense asegura que Euskadi perderá mucho si deja marchar a su población inmigrante por esta situación. «Los políticos se olvidan de todo lo que podemos aportar».