El presunto pederasta de Ciudad Lineal abusó al menos de cinco niñas y lo intentó con otras tres

La Policía detiene en Santander al presunto depredador sexual en una operación "sin precedentes en España" Se trata de un español, de 42 años, con amplio historial delictivo, que ya estuvo en la cárcel por agredir sexualmente a una menor en los 90 Interior le define como violento" y "pederasta no preferencial", ya que escogía al azar a sus víctimas, de entre 5 y 11 años

Diario Vasco, MELCHOR SÁIZ-PARDO | LUCÍA PALACIOS | madrid, 25-09-2014

El “enemigo público número 1” de la Policía Nacional ha caído tras una “compleja operación” nunca antes desplegada en España. Agentes de este cuerpo han detenido esta mañana en Santander al presunto pederasta de Ciudad Lineal, según ha confirmado el ministro del Interior en rueda de prensa. Jorge Fernández Díaz le atribuye al menos “cinco hechos consumados” de abusos a menores de entre 5 y 11 años, así como tres en grado de tentativa en el distrito madrileño de Ciudad Lineal y en el municipio limítrofe de Coslada. El ministro ha explicado además que están investigando otros posibles casos, de los que ni siquiera los padres de las víctimas estarían al tanto, ya que se trata de un “autentico depredador sexual” que “no tenía imitadores”, ha recalcado Fernández.

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Antonio O. M., de nacionalidad española, tiene un amplio historial delictivo: antecedentes por secuestro, robos con fuerza, violencia de género, relación con el crimen organizado e incluso cumplió una condena de siete años de prisión por haber violado a una niña de 6 años en los 90. El presunto agresor, de 42 años “aunque aparenta menos”, es violento, aficionado al culturismo y a las artes marciales, y se dedicaba a la compra y venta de coches, aunque también había realizado cobros a morosos. Tiene residencia en Madrid, en donde disponía de un piso habitado y otro vacío, en el que cometió presuntamente alguno de los abusos, pero huyó a la capital cántabra hace más de 10 días al sentirse acosado por la Policía, que le vigilaba estrechamente. Ortiz se encuentra ya en Madrid, en dependencias policiales, a la espera de ser juzgado.

Ahora la Policía llevará a cabo un minucioso registro de las viviendas que frecuentaba la de Santander, la de Madrid en la que residía con su madre y otra que alquiló y donde cometió presuntamente los abusos y del coche que tenía en el momento de la detención. También buscarán restos biológicos y otras pruebas que le incriminen, como medicamentos y aparatos tecnológicos que utilizaba.
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Fernández Díaz, en la rueda de prensa. / Efe

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El ministro del Interior ha felicitado a las fuerzas de seguridad por la resolución de este caso “sin precedentes en España”. Fernández Díaz ha destacado la “complejísima operación” que se ha llevado a cabo, con la participación de 40 funcionarios, asesoramiento de analistas de conducta e incluso la colaboración del FBI. Y ha explicado esta complejidad amparado en distintos factores: la nula relación previa con sus víctimas, la amplia zona en la que funcionaba y su perfecto conocimiento de ella, el elevado espacio de tiempo transcurrido entre los abusos, la ausencia de grabaciones y testigos adultos, la utilización de coches diferentes, el empleo de narcóticos y el sumo cuidado en el uso de teléfonos (excepto en el último caso conocido). El titular de Interior lo ha definido como un “pederasta no preferencial”, ya que no escogía a sus víctimas al azar, aunque tenía una predilección: niñas “de escaso desarrollo físico”.

El arresto

El arresto dirigido por un grupo especializado desplazado desde Madrid ha sucedido en una vivienda de la Bajada de San Juan, en la capital cántabra, a las 07.37 de la mañana. El presunto agresor no ha opuesto resistencia, aunque no ha confesado los hechos.

El presunto pederasta normalmente seguía el mismo patrón de conducta: convencía a las niñas para que se fueran con él en su coche, donde las sedaba con un narcótico y en ocasiones las llevaba a un piso, donde abusaba de ellas; posteriormente las abandonaba en otro lugar distante de donde las cogió. Eso sí, el presunto agresor lavaba bien a las pequeñas para no dejar pruebas.

Las fuentes consultadas le describen como un “auténtico depredador” y aseguran que podría “haber ido más allá” en caso de haber cometido un nuevo secuestro, incluso haber acabado con la vida de su víctima para evitar ser identificado.

El dato clave para su detención fue que la última niña identificó su coche: un Citröen Saxo de color gris, así como varias llamadas de teléfono que realizó estando con una de las niñas y que la Policía rastreó.

Así fueron los secuestros

La Policía le buscaba desde hacía un año, después de que secuestrara a una niña en el barrio de Ciudad Lineal en septiembre de 2013. Desde entonces se perpetraron y trascendieron otros tres raptos con abusos en ese distrito y en el cercano de Hortaleza, los pasados 10 de abril, 17 de junio y 22 de agosto. Se le imputan además otros tres intentos, uno de ellos ocurrido el mismo 10 de abril antes del que logró consumar.

Ese día una menor desapareció cuando iba a una tienda de golosinas cerca de un parque. La desaparición se produjo sobre las 20.30 y la niña estuvo desaparecida durante cinco horas. Ya de noche, apareció desorientada cerca de una boca de metro.

Sin rastros de ADN, la Policía pudo determinar que había sido drogada y limpiada, y en principio se entendió como un caso puntual, hasta que el 17 de junio se repitieron los mismos hechos, esta vez con una niña de origen chino que jugaba en la calle, muy cerca de la tienda que regentaban sus padres. La niña, que también fue secuestrada por la tarde, estuvo desaparecida durante cuatro horas, y había sido drogada. De hecho, esta menor tuvo que ser ingresada en un hospital, donde permaneció varios días.

El último secuestro conocido se produjo el pasado mes de agosto cuando raptó a una niña de origen dominicano de siete años. El suceso se produjo después de que los abuelos de la pequeña, en un descuido, la perdieran de vista, una situación que el secuestrador aprovechó para que subiera a su vehículo. En este caso, no la narcotizó ni la llevó a su piso, y, después, la menor pudo contar a la Policía lo que recordaba, llegando a describir el coche en el que había montado.

Sobre el quinto caso realizado y los otros dos intentos no se han dado detalles porque, según ha explicado en rueda de prensa el mando policial, hay víctimas que no habían comunicado a sus padres los abusos.

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