«Mis amigos de fuera se sorprenden de la hospitalidad de los eibarreses»
Ha publicado la novela 'Lignum Crucis', una intriga ligada a la magia de las antigüedades
Diario Vasco, , 20-09-2014El periodista eibarrés Roberto Villarreal (Eibar, 1969), afincado en Tarragona, ha publicado un libro que en sus dos primeras semanas en la plataforma digital Amazon está entre las obras más vendidas en su género (ficción histórica de acción y aventura). Acumula una experiencia de más de 20 años en distintos periódicos como El Diario Vasco, Diario de Burgos, Diari de Tarragona o La Gaceta Regional de Salamanca. En los últimos años, «harto de tanto despacho», ha vuelto a sus orígenes como corresponsal de El Mundo en Tarragona. Además, dirige la agencia de contenidos Ingenia Media.
‘Lignum Crucis’, ópera prima de este escritor, sólo está disponible actualmente en soporte digital, aunque está previsto que la edición en papel vea la luz en la primavera de 2015. ‘Lignum Crucis’, es el título de esta novela que se ha situado, entre las 100 novelas más vendidas en Amazon, cuyo fondo de ebooks supera los 100.000 títulos, y figura en el ‘top 20’ de las más vendidas en Acción y Aventura y Ficción Histórica. ‘Lignum Crucis’ aborda una historia de intriga con trasfondo histórico, en este caso ligado a la magia de las antigüedades y las reliquias medievales. Su argumento está muy ligado al Patrimonio histórico de Castilla y al arte sacro, transcurre en Burgos, Cantabria y Tarragona. En el año 1893, el arzobispo de Burgos, Manuel Gómez de Salazar, fallece después de vender todos sus bienes y legar al Vaticano una suma equivalente a tres millones de euros. Él es el último propietario conocido de la Gran Cruz de Fernán González, primer conde de Castilla, y ‘padre’ de la España actual.
A su muerte se lleva a la tumba el secreto del paradero de uno de los mayores fragmentos conservados del madero que soportó la agonía de Jesucristo. Más de 120 años después, en 2014, Sara Guzmán, conservadora del Museo del Prado, se ve inmersa en un maquiavélico rompecabezas que, tras la pista de la legendaria reliquia desaparecida, la convierte en una incómoda amenaza para el poder oculto de los últimos nostálgicos de la España franquista – radicalmente xenófobos y refractarios a la mezcla de razas y religiones – , a la vez que la obligará a conjurar sus propios fantasmas personales.
Villarreal es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Ha sido merecedor de los premios periodísticos ‘Garcilaso’ y ‘Francisco de Cossío’.
- ¿Por qué una novela de ficción histórica?
- Soy un apasionado de ese género y de los llamados ‘bestsellers’ de calidad. La idea nació hace más de diez años. Trabajaba, hacía la información ligada al Patrimonio histórico en el Diario de Burgos… la Catedral, los yacimientos de Atapuerca, los antiguos monasterios y reliquias medievales… un universo lleno de magia y que me resultó muy inspirador. A partir de esa relación con el arte sacro construí un thriller lleno de intriga y sorpresas, con un estilo ‘El Código da Vinci’, pero con un trasfondo radicalmente distinto, y con mucha más sorna e ironía.
- ¿Piensa que Amazon puede ser un formato adecuado para que el público conozca y adquiera libros?
- Es una plataforma muy potente en la que se puede encontrar grandes obras, y también otras mediocres. No existen los filtros tradicionales, con sus pros y sus contras. Creo que el libro electrónico es una revolución sin retorno, como lo fueron los móviles en su día o las cámaras digitales. Recuerdo a mis amigos fotógrafos cuando decían que ellos no abandonarían nunca el carrete y el revelado… Se impondrá por una cuestión de comodidad, más que nada. Además, ofrece oportunidades nuevas de contacto con los lectores, y es un test de mercado fantástico. Las ediciones en papel serán cada vez más cuidadas, casi de coleccionista, bajo un esmerado criterio de calidad editorial. Lo que ya tiene muy poco sentido son los libros baratos de bolsillo.
- ¿Cómo ve el futuro del mundo editorial digital?
- Creo que los soportes digitales forman una bola de nieve imparable. Yo tengo 44 años y todavía soy de la vieja escuela. Intento reciclarme, pero veo a mis sobrinos y pienso que las generaciones jóvenes están en otra onda. El papel, tanto los libros como la prensa, será patrimonio de una élite intelectual, interesada en contenidos especializados y con mayor capacidad de reflexión. El bombardeo audiovisual, internet, las redes sociales… apenas dejan calma para pensar con cierta profundidad.
- Ha trabajado en diferentes medios de Prensa. ¿Cómo ve el futuro de la Prensa?
- Veo periodistas muy especializados, con mucha autoridad y una imagen de marca potente (medios escritos, radio y TV, blogs, redes…) en su ámbito de conocimiento. Trabajarán por proyectos, en despachos que aglutinarán firmas ‘free lance’ de prestigio, como los abogados o los ingenieros. Las redacciones serán un cerebro de pocos periodistas con mucha experiencia para coordinar todo ese talento externo.
- El periodismo es una vocación.
- Por supuesto. Una especie de monacato al servicio de lo que la gente tiene que saber. Una profesión que te brinda vivencias únicas, aunque el coste es alto en lo personal. He tenido maestros estupendos, y para los más grandes es como una droga, una pasión… lástima que se esté bajando tanto el nivel por falta de formación y experiencia.
- ¿Cómo ve Eibar cuando nos visita?
- Es difícil verlo objetivamente porque el corazón y las raíces tiran mucho. He vivido en Madrid, Burgos, Tarragona y Salamanca. Ahora sé que las ciudades grandes no son para mí, me quedo con las de medio tamaño. Visito Eibar varias veces al año y siempre me invade una cierta nostalgia. Aquí tuve una infancia y adolescencia estupenda… paseo por mis lugares de juego, mis colegios (Urquizu y La Salle)… y me gusta ver cómo hemos cambiado todos… Eibar para mí es la familia, los amigos de toda la vida, el monte, el ambientazo de las calles… y el fútbol, claro. Si tengo que elegir, creo que lo más genuino es la hospitalidad hacia el recién llegado. Tengo amigos que alucinan con el trato que han recibido cuando vinieron a Eibar.
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