El Gobierno niega las «devoluciones en caliente» y dice que son «acciones de rechazo»
El secretario de Estado de Seguridad destaca la capacidad de la Guardia Civil para combinar la protección de la frontera con un trato "exquisito" a los inmigrantes
Las Provincias, , 19-09-2014El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, ha defendido este viernes que lo que hace la Guardia Civil en la valla de Ceuta y Melilla “no es en ningún caso una devolución en caliente sino una acción de rechazo en frontera”.
Martínez Vázquez ha explicado que lo que hacen los efectivos de la Benemérita es “algo previo” a una devolución, expulsión o inadmisión, “algo más fáctico que jurídico”, una acción en la que la Guardia Civil, de “manera exquisita”, hace compatible la protección de nuestras fronteras con “el respeto a la integridad, a la vida y a la dignidad” de los inmigrantes.
Así lo ha manifestado el secretario de Estado de Seguridad en su intervención este viernes en el Foro SER Cantabria, donde ha insistido en que esas “devoluciones en caliente, si las hubiese, si las hay, serían ilegales y estarían fuera del ordenamiento”.
Además, ha considerado que esa “expresión” de “devoluciones en caliente” está “contaminando” la “acepción y comprensión de los ciudadanos” sobre lo que sucede en la valla fronteriza con el Reino de Marruecos. “Puedo decir con toda claridad y rotundidad que lo que se produce en la valla cada vez que hay un intento de asalto masivo y muchas veces violento no es en absoluto una devolución en caliente sino otro fenómeno, un rechazo en frontera”, ha indicado Martínez Vázquez.
Por tanto, el secretario de Estado de Seguridad ha dicho que ese concepto es “equivocado” y está “induciendo a gran confusión” a la población sobre lo que acontece en la valla en Ceuta y Melilla, una zona que tiene una “presión migratoria brutal” y que no sólo es el paso fronterizo de España con el Reino de Marruecos, sino que también de la Unión Europea con el continente africano. “Además, probablemente, sea la frontera del mundo en la que hay mayor desigualdad a un lado y a otro”, ha añadido.
Reducción «al mínimo» del uso de la fuerza
En este sentido, ha explicado como esa “desigualdad” condiciona la acción de la Guardia Civil que “no es insensible” a esa circunstancia. “Como quienes entran evidentemente no son un ejército invasor, sino seres humanos arrastrados por situaciones dificilísimas de miseria, que merecen la máxima compasión pero que a lo mejor tampoco justifica una situación de incumplimiento de la legalidad, la Guardia Civil se encuentra con que tiene que proteger la frontera pero al mismo tiempo dar el trato más exquisito posible a quienes intentan entrar, incluso violentamente”, ha apuntado Martínez Vázquez.
Por ello, la Guardia Civil, a pesar de estar obligado a proteger la frontera y puede hacer uso de la fuerza para ello, lo que hace es “esperar a que los inmigrantes desciendan de la valla, estén a salvo y, luego, los rechaza”. “La Guardia Civil claro que podría evitar que trepasen a la primera valla, evidentemente, pero tendría que hacer uso legítimo de la fuerza, cosa que tratándose de personas que vienen huyendo de la miseria, no parece que sea lo más aconsejable y lo más razonable”, ha considerado Martínez Vázquez.
Esa reducción “al mínimo” del uso de la fuerza, “da lugar a casuísticas de inmigrantes encaramados en la primera valla a los cuales la Guardia Civil tiene que devolver, tiene que rechazar, porque tiene que impedir que entren, pero no usando la fuerza y tirándolos de la valla”, ha dicho. Para concluir, ha señalado que “eso no es ninguna innovación porque se lleva haciendo muchos años” junto a muchas otras medidas de la política migratroria “aunque esto sea la parte más triste y emocional de algo mucho más complejo” y, por ello, la Guardia Civil “merece el mayor reconocimiento y respaldo”.
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