Los okupas neonazis del Hogar Social Ramiro Ledesma adelantaron ayer el reparto de comida a los vecinos que realizan cada jueves «para dar salida a sus existencias». Así lo acordaron los jóvenes, la mayoría, adscritos al Movimiento Social Revolucionario (MSR), que se autodefinen como «socialpatriotas», tras conocer la orden de desalojo urgente del juez que les fue notificada por la mañana.

Un portavoz del centro explicó a ABC que recurrirán hoy el auto emitido por el Juzgado de Instrucción número 58. Para ello, disponen de tres abogados entre quien se encuentra Ignacio Menéndez González Palenzuela, hermano de Maru Menéndez, la «número dos» del socialista Tomás Gómez, secretaria de organización del PSM, diputada y portavoz adjunta en la Asamblea de Madrid.

Curiosamente, al letrado le sitúan en el partido de Acción Nacional Revolucionaria (ANR), enmarcado entre los más radicales de la ultraderecha. Ambos son hijos del capitán de navío Camilo Menéndez Vives, participante en el golpe de estado del 23-F. «Nacho ha venido expresamente desde Galicia para apoyarnos sin que se lo hayamos pedido», precisó Juan Carlos, militante del MSR, dentro de la casa okupa mientras iban llenando carros con alimentos no perecederos a la veintena de personas del barrio y de otros puntos de Madrid como Vallecas o Carabanchel que esperaban su turno en el interior del local de la calle de Juan de Olías.
«Primero, los nacionales»

Con el recurso, el desalojo se retrasará, al menos, entre 10 y 15 días, según sus cálculos. «Ayudamos a todos. Primero a los nacionales y si sobra, a los extranjeros», recalcaban. La noticia de su expulsión provocó malestar entre estos «militantes». «Nos tenemos que ir porque parece que, con nuestra llegada, Tetuán se ha convertido en un polvorín, cuando son los okupas de La Enredadera (antisistema) quienes nos provocan», subrayaba Juan Carlos.

«Ya duermen aquí 3 personas y ayudamos a 25 familias con ropa, material escolar y comida. ¿Qué pasa, que solo la izquierda puede abanderar los temas sociales?», precisó. «Si nos echan, la ayudará seguirá; lo contrario, sería defraudarnos a nosotros mismos».

«Yo no soy racista, pero solo puedo decir una cosa: a mí solo me han ayudado aquí, ni en Cáritas ni en las parroquias; lo único que me han preguntado estos chicos es si era español», recalcaba Antonio Rojo, con una bolsa llena, mientras enseñaba una cinta con los colores de la bandera de España que llevaba colgando de un bolsillo. «La ayuda siempre viene bien, venga de donde venga. A mí me da igual cuál sea su ideología. Ni lo sé, ni me importa siempre y cuando sean pacíficos», terciaban María y Manuela Gascón.

Al término del reparto, medio centenar de antifascistas se concentraron ante el local y vociferaron: «¡Madrid será la tumba del fascismo!». La UIP les cacheó, filió y les disolvió.

Ataques recíprocos entre los dos grupos rivales de Tetuán
El informe policial que se remitió al juzgado para urgir el desalojo aludía a incidentes entre ultras de uno y otro signo de los centros okupas Ramiro Ledesma (neonazi) y La Enredadera (antisistema). Entre ellos, alude a la identificación de 13 skinhead relacionados con el Ramiro Ledesma el 20 de agosto, cuando les fueron incautadas cinco armas blancas, informa Ep. Tres días después, un grupo antisistema incendió la puerta de la entrada, lanzó objetos y varias ventanas fueron fracturadas. Realizaron pintadas en las que escribieron: «Contra el racismo y el fascismo acción directa», informa Ep.