Internacional
El drama humano detrás de los naufragios en el Mar Mediterráneo
ABC, , 16-09-2014En lo que va de año, 2.500 personas se han ahogado o han desaparecido mientras intentaban cruzar hacia Europa
Mismo drama, diferentes rostros. El reciente naufragio en la costa de Libia de una embarcación con alrededor de 250 emigrantes vuelve a teñir de sangre las aguas del Mediterráneo.
Solo en lo que vamos de año, y teniendo en cuenta cifras de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), al menos 2.500 personas se han ahogado o han desaparecido mientras intentaban cruzar hacia Italia, Malta o Grecia.
De igual modo, alrededor de 130.000 inmigrantes ilegales han llegado a las costas europeas (118.000, solo en Italia) en los últimos nueve meses, más del doble de los 60.000 registrados en 2013.
Para analizar estos números, basta una perspectiva histórica. En 2011, por ejemplo, 58.000 inmigrantes irregulares y refugiados cruzaron el Mar Mediterráneo. Entonces, al menos 1.500 personas se ahogaron o desaparecieron en su odisea. El sangriento número contrastaba con el anterior récord, que databa de 2007, cuando 630 personas perecieron.
El incremento se encuentra justificado en el deterioro de la situación política de los países de origen de estos inmigrantes, la mayoría de Eritrea, Somalia y Siria.
Por ejemplo, en la actualidad, se estima que cerca de 1.500 eritreos huyen cada mes de su país, a pesar de la orden de «disparar a matar» con la que cuentan los guardas fronterizos, así como los inmensos peligros que suponen las rutas de escape.
En diciembre, un estudio presentado al Parlamento europeo alertaba del secuestro de al menos 30.000 refugiados eritreos desde 2006 por mafias dedicadas al tráfico de personas. En este sentido, Kassala, en Sudán, es uno de los principales puntos operativos de estos delincuentes. Similares penurias experimentadas en localidades que sirven de «lanzaderas» de inmigrantes. Como Tessalit, en Malí, o Tamanrasset, en Argelia.
¿El destino? Libia, quien gracias a su desgobierno, se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los principales puntos intermedios para dar el salto hacia Europa.
Sin embargo, históricamente, la gran mayoría de inmigrantes del Cuerno de África optan por abandonar la región no hacia Europa, sino destino Yemen.
Y la lógica marca el camino a seguir: Bab al Mandeb («la puerta del dolor o la pena»), una lengua de agua de apenas 40 kilómetros, en su punto más corto, que une continentes.
En tierra, eso sí, la miseria continúa. Allí, los inmigrantes (cuyo destino final suele ser Arabia Saudí) son explotados o agredidos sexualmente de forma habitual. Solo en Haradh, localidad fronteriza en destino al sueño saudí, las organizaciones humanitarias locales estiman que existen hasta «200 campos de tortura» de inmigrantes.
Con ello, basta echar un vistazo a los números para comprobar la lotería de esta odisea: Desde 2006, más de medio millón de personas han cruzado de forma ilegal desde el Cuerno de África hacia Yemen por el Golfo de Adén o aguas del Mar Rojo. Miles han muerto en el intento.
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