La izquierda sueca vuelve al poder después de ocho años

Los nacionalistas tendrán la llave de la mayoría parlamentaria

El Mundo, PEDRO POZA MAUPAIN COPENHAGUE ESPECIAL PARA EL MUNDO, 15-09-2014

Aunque los socialdemócratas suecos celebraron anoche con la fiesta de rigor el regreso al poder tras ocho años en la oposición, en el partido que lidera el soldador y antiguo jefe sindicalista Stefan Löfvén se es consciente de que no hay demasiados motivos para la euforia. Según los resultados provisionales de las elecciones legislativas de ayer, Löfvén será el nuevo primer ministro de Suecia, pero el bloque de izquierda queda lejos de la mayoría y todo indica que el suyo será un Gobierno débil con escasa capacidad de maniobra.

Los socialdemócratas y sus aliados obtuvieron un 43,6%, mientras que la coalición gubernamental conservadora del primer ministro saliente, el moderado Fredrik Reinfeldt, se quedó en un 39,5%. Reinfeldt podría alcanzar la ansiada mayoría parlamentaria si pactase con el partido nacionalista Demócratas de Suecia (SD), que por sus duras críticas a la tolerante política de inmigración sueca es tratado como un paria y calificado de xenófobo, cuando no de racista, por el resto de formaciones. Reinfeldt se niega a entablar cualquier tipo de colaboración con el SD, postura que respaldan dos de cada tres votantes moderados.

El SD de Jimmie Åkesson ha sido el gran triunfador con un 13% del voto, casi 8 puntos más que en 2010. Ni la izquierda, ni el centroderecha pueden formar mayoría sin ellos. Dado que Reinfeldt ha admitido su derrota y no intentará formar Gobierno, la única solución que le queda a Löfvén es alcanzar soluciones de compromiso con los partidos más centristas del bloque conservador.

Sin necesidad de colaborar, el centroderecha y el SD podrían bloquear casi cualquier iniciativa que un Gobierno de izquierda presentase en el Parlamento, con lo que la perspectiva de un periodo de caos parlamentario no resulta descabellada.

En cualquier caso, los moderados vivieron un día negro. Pero la derrota de Reinfeldt, puede sorprender: En sus ocho años de Gobierno, pese a la crisis mundial, la economía sueca ha presentado números impecables, sobre todo en comparación con el resto de la UE: el PIB ha crecido un 10% desde 2009; se han creado 300.000 nuevos puestos de trabajo desde 2006; la deuda externa se ha reducido notablemente; se han bajado los impuestos hasta seis veces…

¿Cómo es posible entonces que haya perdido las elecciones? En parte, porque pese a las proezas económicas, los suecos parecen pensar que su estado de bienestar estará mejor protegido por los socialdemócratas; y en parte porque la economía está perdiendo fuelle. «En los últimos tiempos, el déficit aumenta, el paro también, y las previsiones de crecimiento se ajustan a la baja», explica el economista sueco Ulf Michael Bergman, de la Universidad de Copenhague.

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