La Justicia multa por racismo al galerista del 'salman rushdie' sueco que dibujó a Mahoma como un perro
Público, , 09-09-2014Un juzgado de Malmö ha condenado a seis meses de prisión al artista Dan Park por distribuir posters en los que se mostraba a un activista sueco-africano encadenado y “listo para ser vendido” como un esclavo. El tribunal ha impuesto también una multa por racismo a Henrik Rönnquist, propietario de la sala que expuso los trabajos de Park. Este galerista era ya conocido en todo el mundo por exponer la obra de Lars Vilks, un artista también sueco que saltó a la fama en 2007 a raíz de unos dibujos en los que se representaba al profeta Mahoma como un perro. Al igual que Salman Rushdie, Vilks vive desde entonces bajo custodia policial y permanentemente amenazado de muerte.
Los hechos que han motivado la condena por difamación y odio racial del artista Dan Park acaecieron en abril de 2011. La víctima, Jallow Momodou miembro de la Asociación Sueco-Africana había puesto en conocimiento de la policía algunos días antes la celebración de una fiesta en Halland Nation durante la cual se había escenificado la venta de tres esclavos, “interpretados” por otros tantos estudiantes blancos con los rostros ennegrecidos y una soga alrededor del cuello. En represalia por la denuncia, Park diseñó y distribuyó carteles en los que se mostraba al propio Momodou como un negro encadenado. “Nuestro esclavo ha huido”, podía leerse en el póster.
Lo sucedido en la universidad de Lund transcendió en todo el mundo e incluso Jesse Jackson instó al Gobierno sueco a tomar medidas al respecto. El activista norteamericano le pidió al Ejecutivo de Estocolmo que se cerciorara bien de que todos y cada uno de los habitantes del país fueran conscientes de la brutalidad de aquel siniestro comercio humano en el que también Suecia tomó parte.
Al decir del africano cuyo rostro apareció en los póster, Jallow Momodou, la atmósfera racista que se respira hoy en Suecia es perfectamente comparable a la del sur de los Estados Unidos durante los setenta. Park ingresó en prisión hace unos días.
El tribunal que ha dictado la condena ha tenido en cuenta que Park tiene tras de sí un largo historial de proyectos “racistas”, a los que él se refiere habitualmente como “actos de provocación”. En palabras del condenado, sus intervenciones tienen por finalidad reivindicar la libertad de expresión en el entorno totalitario de la judicializada sociedad sueca. En 2009. fue absuelto de los cargos que contra él pesaban por dejar un recipiente con gas Ziclon B junto a una sinagoga.
El juzgado de Malmö ha impuesto igualmente una multa al galerista Henrik Rönnquist por organizar una exposición con sus trabajos. En realidad, la muestra duró veinte minutos, el tiempo que le tomó a la policía irrumpir en la sala, suspender el acto y arrestar a Dan Park.
No es la primera vez que la Administración sueca cancela una muestra organizada por este galerista. Rönnquist tiene en su nómina de artistas al mundialmente conocido Lars Vilks, autor de cuatro dibujos a lápiz en los que se mostraba al profeta Mahoma con la apariencia de un perro.
En febrero del pasado año, Rönnquist intentó organizar una nueva exposición con los trabajos de Lars Vilks. La muestra fue prohibida por el alcalde de Malmö, quien adujo que no iba a consentir que se sirvieran de “supuesto” arte con fines políticos y para extender un ideario racista e islamofóbico. Los trabajos que Rönnquist pretendía exhibir en su galería mostraban nuevamente a Mahoma con el cuerpo de un perro solapado sobre obras famosas de artistas como Monet y Rubens.
La publicación de las primeras viñetas del profeta desencadenó en 2007 una avalancha de condenas de organizaciones musulmanas y gobiernos de países como Paquistán, Irán, Afganistán, Jordania y Egipto. La Organización de la Conferencia Islámica pidió entonces al Ejecutivo de Estocolmo que castigara a Vilks. Desde entonces, el “autoproclamado” artista ha recibido numerosas amenazas de muerte, una de ellas de Al Qaeda. Tras escapar a varios intentos de asesinato, Vilks vive semioculto y bajo protección policial permanente.
Pese a las amenazas a las que él mismo ha tenido que hacer frente, Rönnquist insiste en el valor de esos trabajos y ha asegurado de forma reiterada que seguirá exhibiendo “si le dejan” la obra de Vilks. En su opinión, “la prohibición que pesa sobre los trabajos de ese artista son un ataque a la libertad artística”. Este año, Rönnquist organizó una nueva exposición durante la que se exhibieron, por primera vez, las pinturas que provocaron el escandalo, junto a otros trabajos de Vilks.
Bolas de chocolate del “negro”
Vista la pujanza que están cobrando en Suecia los grupos neonazis y las formaciones políticas racistas de Extrema Derecha, la Justicia del país se está tomando muy en serio las denuncias relacionadas con actos xenófobos. Al menos, aquellas denuncias que no van dirigidas contra las propias fuerzas de seguridad, envueltas este año en varios escandalos racistas.
A principios de agosto, una política sueca fue también acusada por la Asociación Sueco-Africana de incitar al odio racial por comercializar en su negocio un dulce típico bajo el nombre tradicional de “bolas negras” o “bolas del negro” (“negerballs”).
Tal y como informaba Diásporas el mes pasado*, la decisión de etiquetar las pastas con su nombre original suscitó una auténtica controversia terminológica en las redes sociales suecas, todavía no resuelta. Aunque no existe ninguna ley que regule las denominaciones con las que se etiquetan los alimentos, la política salió al paso de las acusaciones y aseguró con ironía: “Pido perdón por vender bolas negras libres de prejuicios”.
En 2003, otra pastelería de Sjöbo fue denunciada en la Oficina Sueca contra la Discriminación por utilizar el término de “negerballs”. El caso fue desestimado porque la mujer que había realizado la denuncia aseguró que no se sentía personalmente insultada por la denominación del dulce.
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