«Pronto», respondió el presidente Obama el pasado viernes a la pregunta de cuándo piensa firmar las órdenes ejecutivas sobre inmigración que anunció para después del verano. Inmediatamente se desató una discusión semántica: «¿Pronto es antes o después de las elecciones del 4 de noviembre?». Todo indica que «pronto» será después.

El partido del presidente no ocultaba su división sobre el anuncio. En los últimos días se sumaron cada vez más congresistas a la lista de los que pedían a la Casa Blanca que esas órdenes se firmen después de las elecciones. Casi todos se juegan su escaño y casi todos son de estados conservadores en los que la disputa está muy reñida con los republicanos. Pensaban que una decisión como la que iba a tomar Obama podría asustar a los votantes de centro y hacerles perder en las urnas.

Pero también está la otra cara de la moneda, los que opinan que en las últimas consultas electorales ha sido el voto hispano el que los aupó. Una idea de lo reñida que está la cuestión la dio el líder del Senado, Harry Reid, cuando respondió que «la decisión es del presidente» a la pregunta de si la Casa Blanca debería retrasar la firma de las órdenes.

En junio, Obama aseguró que el anuncio lo haría después del verano. Aunque el verano se acaba el próximo día 21, en EE.UU. se da por finalizado el Día del Trabajo, que fue el pasado lunes. Hace una semana, su portavoz reconoció que, a causa de las crisis que ha vivido el país, los asesinatos de periodistas por el EI y los disturbios raciales de Misuri, el presidente había tenido que retrasar el anuncio.

Ayer se supo que las dos principales asesoras de Obama en materia de inmigración, Cecilia Gómez y Valerie Jarrett, han estado telefoneando personalmente esta semana a líderes hispanos para comunicarles que la decisión llegará tras el 4 de noviembre. Quizá para compensar la nueva decepción de los hispanos con este retraso, Obama anunció desde la cumbre de la OTAN en Gales que las medidas incluirán planes para que los inmigrantes indocumentados puedan adquirir estatus legal. Eso parece indicar que está dispuesto a otorgar papeles, aunque sean temporales, a millones de extranjeros.

Los que no van a entrar en ese cupo van a ser los niños que en los últimos meses han estado atravesando solos la frontera de México. La crisis ha remitido en el último mes, pero a pesar del descenso, en agosto las autoridades todavía detuvieron en la frontera a 3.129 menores que viajaban sin sus familias.