programa Taller Cultura de la cruz roja

Parejas lingüísticas sin fronteras

Cruz Roja Bizkaia desarrolla desde hace dos años un programa con voluntarios para facilitar el aprendizaje del castellano entre la población inmigrante

Deia, José Basurto, 06-09-2014

“El objetivo es que se puedan desenvolver y conozcan su entorno para que luego puedan valerse por sí mismos”

Bilbao – Joseph y Tirso se conocieron hace seis meses. Les presentó Sani, una técnico de Inmigración de la Cruz Roja. Durante este tiempo se han visto, como mínimo, un día a la semana para hablar. Para hablar castellano simplemente. Sí, porque Joseph es un inmigrante nigeriano que necesita mejorar sus conocimientos del idioma para manejarse mejor en la vida diaria y Tirso es un bilbaino políglota muy comprometido con las causas solidarias dispuesto a facilitárselos desinteresadamente. Ambos forman una de las veinte parejas lingüísticas que la Cruz Roja ha impulsado en Bizkaia dentro del programa Taller Cultura, cuyo objetivo es potenciar el aprendizaje del castellano entre la población inmigrante. Los dos están muy satisfechos con la experiencia. Joseph ha mejorado su castellano y Tirso ha aprendido “muchísimo a nivel cultural y en valores humanos”. Pero aparte de todo eso, lo que más valoran los dos es que se han hecho amigos para toda la vida.

Joseph tiene 51 años. Nació circunstancialmente en Guinea Ecuatorial, por el trabajo de sus padres, pero él es y se siente nigeriano, concretamente de Enugu, una ciudad situada en la región de Biafra. Allí dejó hace casi cuatro años esposa y cuatro hijos. Llegó a Euskadi, al puerto de Santurtzi, en un barco mercante desde la costa suroeste de África. “Pero no vine de polizón”, aclara. Lo primero que hizo, nada más pisar tierra, fue pedir asilo político. Por ese motivo le trasladaron a Madrid, a un centro de acogida que CEAR tiene en Alcobendas. Allí estuvo nueve meses hasta que le denegaron el asilo, lo cual le obligó a abandonar el centro y regresar a Bilbao. En la capital vizcaina lleva algo más de tres años. Actualmente vive en un habitación alquilada y se encuentra a la espera de que la Audiencia Nacional resuelva un recurso que interpuso tras denegarle el Ministerio del Interior la condición de asilado político. También aguarda cumplir el tiempo necesario de empadronamiento en Bilbao para obtener el permiso de residencia y así poder acogerse a las ayudas sociales. “Es una pescadilla que se muerde la cola”, dice. Esa situación “irregular” le obliga a salir todos los días a la calle “a buscar algo metálico en las basuras para luego poder vender”. Pero prefiere estar así, buscándose la vida, que “todo el día en casa pensando en la familia”.

Además resalta que “los biafras somos muy creativos y siempre estamos buscando una actividad para hacer”, dice. Quizá por eso, Joseph llegó a ser un escritor de novelas y productor de cine en la industrial audiovisual de su país, también conocida como Nollywood. Para ello se formó, así que es lógico que le gustaría trabajar en Euskadi en algo relacionado con el cine o la televisión.

Idioma Joseph tiene mucho interés en aprender bien castellano por ese motivo. “Para mí es muy importante dominar el idioma”, dice, “no solo para poder buscar mejor trabajo sino para traducir mis novelas y mis trabajos”. Así que en cuanto vio el programa Taller Cultura que puso en marcha la Cruz Roja de Bizkaia, se apuntó el primero. “Yo no tengo problema con la lectura y la escritura”, señala, “entiendo bien, pero me falta conversación”.

Y eso es lo que hacen la llamadas parejas lingüísticas. “El objetivo es que se puedan desenvolver y conozcan el entorno para que luego ellos mismos puedan valerse por sí mismos, hacer gestiones, documentación o, simplemente, hacer compras en una tienda que no sea de su etnia”. Quien dice esto es Jessica Manzano, técnico de Inmigración y coordinadora del proyecto. Por una parte están las clases de castellano y por otra, las parejas lingüísticas. Y también hacen excursiones culturales periódicas a lo largo y ancho de la geografía vizcaina. El balance del programa, que se inició hace dos años gracias a una subvención del Gobierno vasco, es muy positivo porque detrás de él hay algo más que enseñar una lengua. “También es una forma de atraer a las personas a los centros de Cruz Roja”, señala Jessica, “para que luego puedan optar a los recursos sociales”. En un principio, las clases de castellano suelen tener bastante demanda, pero luego son pocos los que se animan a seguir en las parejas lingüísticas a pesar de que Jessica tiene una bolsa de voluntarios para participar en el programa que supera la treintena de personas.

Voluntariado Hay voluntarios como Tirso Diego de Somonte, la pareja lingüística de Joseph. Tirso es un bilbaino de 36 años muy comprometido con los desheredados. Estudió Filología Árabe en Madrid. Desde la época estudiantil ha colaborado en diferentes con organizaciones no gubernamentales. Ha vivido siete años entre Palestina y Marruecos y ha trabajado en la Agencia Española de Cooperación Internacional, pero tenía una “espinita clavada” en su currículum solidario. “Siempre quise ser voluntario de Cruz Roja”, confiesa Tirso. Así que en cuanto vio este proyecto en la web se presentó en las oficinas. Su perfil es el idóneo. Domina varias lenguas – inglés, francés, árabe, algo de hebreo – y, además, es profesor de castellano para extranjeros. Él pensaba que daría clases a una persona de origen magrebí. Pero no: “Me asignaron un alumno africano. Y ha sido genial”, dice Tirso, “he aprendido muchísimo, no solo a nivel cultural sino también en valores humanos”. Porque la vida para Tirso es “una continua enseñanza” y en este caso ha aprendido de Joseph “la lucha que tiene consigo mismo y cómo le tira la familia”. Los dos han sacado conclusiones positivas de la experiencia. Joseph dice de Tirso que “es una persona muy buena que sabe de todo y me ayuda mucho”. Y Tirso destaca de Joseph sus “valores”. Eso demuestra que se han hecho amigos. A pesar de que el programa solo dura diez semanas, los dos decidieron prorrogarlo y han seguido viéndose una vez a la semana para hablar.

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