ABC ha visitado una casa de acogida en la no solo se les da cama y comida, si no un proyecto que pretende que acaben valiéndose por sí mismos en lo personal y en lo profesional.

En la casa, situada en el barrio de La Guindalera en Madrid, viven 12 chicos, en su mayoría subsaharianos, que un día cruzaron a través de Melilla o Ceuta y acabaron en la capital. Según nos cuenta su educador Abdellah, que también fue usuario de la casa y ahora trabaja en ella, «lo primero de todo aquí se aprende un poco de todo, a gestionarse, aprender a hacer una compra, aprender a cocinar, a manejar alimentos…» y se establece una rutina.

A los chicos, que no suelen estar más allá de los 23 años, se les fija un itinerario que empieza casi siempre por aprender nuestro idioma, regularizar su situación y después se les forma en alguna profesión como la de hostelería. «Intentamos unir a los jóvenes con las empresas y que estén preparados para ser futuros trabajadores» nos asegura Marta de la Iglesia, coordinadora de integración de la Fundación La Merced Migraciones.