Hace seis años casi justos, a principios de septiembre del 2008, Carballo alcanzaba los 31.000 vecinos empadronados. Había pasado tres años desde que se logró la simbólica cantidad de 30.000, lo que daba un promedio de crecimiento de más de 330 personas por ejercicio. Pero la realidad es que en esa época hubo años en los que se superaron las 600 altas. Coincidía la bonanza económica con la llegada de inmigrantes. El municipio trepaba en el ránking nacional, colocándose entre los 250 más poblados de los 8.116 de España.

Hoy, Carballo sigue en los 31.000 vecinos. A día de ayer, en 31.372, aunque la cifra varía casi a diario (la oficial está en seis menos). La parte negativa es que el crecimiento no se ha mantenido como antes, pero la positiva es que las caídas generalizadas en la Costa da Morte (más de un millar de personas de promedio cada año en los últimos cinco) o incluso en las grandes urbes (Ferrol llega a bajar un millar cada año, por ejemplo) tampoco le han afectado especialmente. Una situación de estabilidad y a veces leves crecimientos de la que también se benefician Cee o A Laracha, pero no los demás de la zona. Ninguno de ellos se libra de un crecimiento vegetativo negativo. El carballés del año pasad fue de solo 57 personas, lejos de cifras positivas únicas durante mucho tiempo.

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