Sólo 140 plazas libres para recluir a inmigrantes

El Mundo, ANDRÉS MACHADO ALGECIRAS CORRESPONSAL , 17-08-2014

Los pabellones polideportivos de Tarifa que dan cobijo a los más de 1.000 inmigrantes que llegaron en patera a principios de semana van desalojándose poco a poco. A una media de unos 100 por día, según indicaron ayer fuentes policiales a EL MUNDO. No obstante, más allá de los números en frío, señalan, «aún queda trabajo para una semana más o menos». Ahora, la imagen que presentan los recintos deportivos, sin ser la idónea, no es, ni de largo, la acumulación de personas que se veía en los últimos días.

Mientras, la Brigada de Extranjería trabaja a destajo en las dependencias de la comisaría de Algeciras. En la jornada del sábado lograron vaciar la zona anexa de calabozos dando salida a los sin papeles que ingresaron el miércoles. En total, unos 280 a los que han «fichado, intentado la identificación e iniciado los trámites para su expulsión».

Algunos acabaron en el CIE de Algeciras, otros fueron enviados al de Madrid y otros entregados a ONG que los acogen en pisos. Esta solución es parcial, ya que «al final no caben todos», reiteran los agentes.

Es «un bucle que se repite una y otra vez». Para dar algo de celeridad a los trámites, «se va a desviar un centenar de inmigrantes a las comisarías de la provincia de Cádiz». Por el momento, el resto de Andalucía no está acogiendo a los que han llegado.

«Esto se complica»

En las próximas 72 horas deberán ser puestos todos a disposición judicial y de nuevo habrá que buscar hueco para internarlos en los centros de internamiento de extranjeros (CIE). «Esto se va complicando cada vez más», dicen los policías. Y es que, aunque desde los centros ubicados en todo el país se intenta acomodar al máximo de gente, ayer apenas quedaban 140 plazas de un aforo de 1.500.

Lo que sí se mantiene es la solidaridad con los subsaharianos que esperan cerca de la playa tarifeña. Aunque Cruz Roja y Policía Nacional siguen atendiendo a los más de 500 que permanecen allí, los ciudadanos y algunas organizaciones sociales acuden a las puertas del pabellón municipal, que sigue custodiado por la Guardia Civil, para aportar su granito de arena.

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