CONTENER LA AVALANCHA DE PATERAS

El País, , 14-08-2014

LAS fronteras españolas afrontan la mayor crisis migratoria desde 2006, algo que ha vuelto a poner de manifiesto hasta qué punto la actitud de Marruecos es determinante para contener la avalancha creciente de africanos dispuestos a entrar en Europa a cualquier precio. Reconocer que ha habido «disfunciones», como ha hecho el ministro del Interior marroquí, no es suficiente para justificar la situación que se ha creado.

Antes de que fenómenos como la epidemia del ébola se entrecrucen con el de la inmigración ilegal, es necesario que tanto las autoridades africanas como las europeas se tomen en serio este problema. Millones de africanos aspiran a una vida mejor, lejos de los conflictos armados y de la corrupción que asuelan muchos de sus países de origen, y en cierto momento la Unión Europea necesitará inmigrantes para afrontar su desequilibrio demográfico. Pero este proceso no se puede dejar al albur de las mafias y de los flujos clandestinos.

Incluso teniendo en cuenta, como suelen decir las autoridades europeas, que las pateras y los asaltos a la valla en Ceuta o Melilla representan un porcentaje irrelevante comparados con los emigrantes que llegan clandestinamente a territorio europeo por otras vías –como el avión– nadie puede ignorar que el fenómeno de las avalanchas contra la frontera o las llegadas masivas de pateras provocan una alarma en sectores de la sociedad que pueden aprovechar los movimientos xenófobos, lo que representa un riesgo muy importante en varios países.

Así que se hace necesario, de una vez por todas, que desde Bruselas a Rabat –y en la medida de lo posible en los países de origen–, se afronte este problema con decisión y con fórmulas realistas, antes que con discursos vacíos.

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