Sin rastro de 'El Nene'

Fue el mayor narco del Estrecho, vivía a todo tren y regalaba coches a los amigos.Su mujer dice que lo han matado. En Ceuta nadie se lo acaba de creer

Diario Vasco, JOSÉ AHUMADA, 10-08-2014

En su ciudad, nadie se atreve a asegurar que las correrías de ‘El Nene’ hayan terminado. «Hay allegados a la familia que dicen que seguro que le han matado, otros dicen que está en casa de gente suya herido de gravedad, y otros, que lo tenía planeado y se ha quitado de en medio», explica un periodista de ‘El Pueblo de Ceuta’. «Ni las autoridades españolas ni la gendarmería marroquí sueltan prenda: lo único oficial es la denuncia que ha presentado su mujer».

El misterio acerca del paradero de quien llegó a ser considerado uno de los principales contrabandistas de hachís de España – se dice que en sus buenos tiempos podía introducir 50.000 kilos al año – , comenzó el pasado domingo, cuando, según el testimonio de su esposa, fue tiroteado desde una lancha que se aproximó a la embarcación en la que navegaba en compañía de un par de amigos, en aguas marroquíes. Al parecer, ‘El Nene’ cayó por la borda durante el ataque y desde entonces no se le ha vuelto a ver. Es cierto que se detuvo a las cuatro personas que, presumiblemente, habían participado en el atentado, pero ya han salido a la calle.

Buena parte de las dudas que los policías albergan sobre la autenticidad del relato se deben a lo excepcional de su protagonista, porque con ‘El Nene’, nunca hay nada claro. Para empezar, este hombre nacido en Ceuta en 1975 tiene dos identidades, Mohamed Taieb Ahmed aquí y Mohamed El Ouazzani en Marruecos, y también dos nacionalidades que utilizó a su conveniencia hasta que España decidió retirársela a un súbdito tan problemático.

Es cierto que su vida se ha desarrollado en ambas orillas, y sus hazañas, las que le convirtieron en ídolo de la chavalería musulmana del barrio del Príncipe, en el mar que las separa. Solo tenía 14 años la primera vez que lo detuvieron con unos cuantos kilos de hachís: entonces parecía que era otro mocoso que se había dejado seducir por el dinero fácil de la droga, pero pronto demostró que él era especial. La Guardia Civil y los agentes de Vigilancia Aduanera fueron los primeros en apreciar su pericia mientras trataban de darle caza en el Estrecho. Era capaz de salir en lancha con un tiempo endemoniado y hacer tres travesías con mercancía en una noche.

Ambicioso, ‘El Nene’ aspiraba a algo más que hacer de recadero, y pronto se estableció por su cuenta. Para conseguirlo, se dice que dio chivatazos con el fin de eliminar a la competencia, que simuló pérdidas de material para duplicar beneficios y que estaba dispuesto a todo. Con poco más de 20 años era ya uno de los grandes. Durante su ‘reinado’ presumió de dinero – alardeaba de tener más millones que años – , regaló coches y motos a sus colaboradores – su organización contaba con setenta miembros en el norte de África y una treintena en la Costa del Sol – , y Ceuta registró más tiroteos entre bandas rivales que nunca. Corría el rumor de que pagaba operaciones a las familias de musulmanes pobres. ‘El Nene’ empezaba a transformarse en leyenda. «Yo hice magisterio – recuerda el periodista ya citado – , y en una clase que estaba dando, un chaval me dijo que quería ser un narco como él. ‘No se trabaja y se gana mucho dinero’, me explicó».

Tarde o temprano, la juerga tenía que parar. En 2000 pasó su primer año encerrado. Antes de ir a la prisión Victoria Kent (Madrid), ya había visitado la de Ceuta. Se ve que en la capital se le hizo largo: aprovechó la concesión del tercer grado (para cumplir el requisito de tener un trabajo, él mismo creó una empresa para que le contrataran), para escapar a Marruecos.

Cárcel, fuga y película

No le fue tan fácil mantener su agitado ritmo de vida en el país vecino. Fue condenado en 2003 a ocho años de cárcel después de verse envuelto en una refriega a tiros a la puerta de una discoteca en Emarrach en la que salió herido un guardaespaldas del rey Mohamed VI. Afortunadamente para él, su dinero le ayudó a sobrellevar el encierro: untando convenientemente a los guardias logró que le llevasen comida de los mejores restaurantes, chicas para desahogarse, y disponer de tres celdas equipadas con neveras, ordenador con conexión a internet, DVD y televisores de plasma. Y también pudo preparar su fuga.

Volvió a España, pero no se escondió. ‘El Nene’, de mediana estatura y cabeza rapada, se había vuelto un tipo corpulento que se paseaba en Mercedes por la Gran Vía de Ceuta con sus matones y que se presentó tan tranquilo en una comisaría de Málaga para renovar el DNI. Sabía que sus delitos – tráfico de drogas, tenencia de armas, intento de asesinato… – habían prescrito, y estaba seguro de que no lo extraditarían. Se equivocó.

Cumplió el resto de su pena en Marruecos – entre comodidades, claro – , y regresó a Ceuta tras quedar libre. Ya no se exhibía tanto ni se metía, al menos aparentemente, en problemas. Es probable que ahora estuviese esperando a ver ‘El Niño’, una película de Daniel Monzón inspirada en su agitada vida que llegará a los cines el próximo 29 de agosto. Aún no se sabe si asistirá al estreno.

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