El Gobierno estadounidense cerrará los albergues de urgencia que había habilitado en bases militares en diferentes puntos del país para alojar a los menores de edad debido a la avalancha de llegadas en los últimos meses, informó hoy el Departamento de Salud y Servicios Humanos.

El portavoz del Departamento, Kenneth Wolfe, explicó que esos albergues cerrarán pronto porque ha disminuido el número de menores de edad indocumentados que llegan al país.

Desde el 1 de octubre del pasado año, las autoridades han detenido a cerca de 60.000 menores de edad indocumentados y no acompañado llegados en su mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Desde que abrieron a mediados de mayo, los albergues en bases militares han alojado a unos 7.700 menores de edad, según el Gobierno.

En el estado de Oklahoma, la base de Fort Sill dejará sus funciones como albergue para inmigrantes indocumentados el próximo viernes, dijo Wolfe, en tanto que la Base Conjunta de San Antonio y Lackland, en Texas, y la base Naval Ventura County y Port Hueneme, en California, cerrarán antes de ocho semanas.

En lugar de enviar a los menores de edad detenidos a bases militares, las autoridades los alojarán en albergues más pequeños, añadió el funcionario.

“Hay una incertidumbre sustancial acerca de los flujos futuros de menores no acompañados”, señaló Wolfe en una declaración escrita. “Los tres albergues temporales en bases militares podrían reabrirse por un tiempo limitado si el número de niños aumenta significativamente”.

Wolfe explicó que el tiempo medio que se requiere para colocar a los menores con alguna familia ha disminuido en las últimas semanas de 35 días a 30 días.

En cumplimiento de las leyes de Estados Unidos, cuando un menor centroamericano es detenido en la frontera debe ser transferido al Departamento de Salud y Servicios Humanos en un plazo de 72 horas.

Este departamento debe ocuparse de ellos hasta que pueda ubicarlos con sus familiares o con familias que puedan atenderlos hasta que se resuelva su caso de inmigración.