fronteras al bienestar
No hay espacio vacío para los sueños del inmigrante
Lugares insólitos como el chasis de un vehículo o el bajo de una moto acuática son los últimos ingenios de cuatro subsaharianos con el fin de alcanzar una nueva vida
Diario de noticias de Alava, , 29-07-2014Los sueños son las alas que ayudan a alcanzar tus metas, pero si tu plan de acción se ve frustrado en medio del camino, las esperanzas se desmoronan. Y es justo lo que deben de experimentar los cientos de inmigrantes que día tras día intentan traspasar las fronteras para acceder a España. Ayer, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional se vieron involucradas en dos operaciones en Melilla, en las que interceptaron a varios inmigrantes de origen subsahariano, que haciendo eco de sus ilusiones, aprovecharon los espacios más insólitos para conseguir entrar en la Península.
En el primer suceso, la Policía Nacional rescató a dos personas que estaban ocultas bajo el chasis y el salpicadero de un coche. Se trataba de un menor de edad, en buen estado de salud, y de una mujer de 19 años que tuvo que ser trasladada con urgencia al Hospital Comarcal de Melilla con síntomas de asfixia. Al parecer, los rescatados dijeron proceder de Guinea Conakry, fueron localizados el pasado viernes en el puesto fronterizo de Beni Enzar, al advertir los agentes de servicio, cómo debajo de un coche, al que se le dio la orden de regresar a Marruecos por no tener los requisitos de entrada en España, sobresalía parte del cuerpo de una persona.
Inmediatamente, se realizó una inspección del vehículo, donde fue localizado en la parte inferior del mismo, debajo del maletero, al menor. Al mismo tiempo que se producía este hallazgo, se escucharon golpes y gritos procedentes del salpicadero, que tuvo que ser desmontado para rescatar a la mujer. El conductor del vehículo, tras recibir el alto policial, huyó a la carrera hacia Marruecos.
Moto acuática Con el peligro que conlleva por el espacio tan reducido en el que se encontraban, la velocidad a la que se produjeron los hechos, y las derivas que el mar puede ocasionar, la segunda operación en la que la Guardia Civil de Melilla descubrió a otros dos inmigrantes varones, sorprende por la curiosa y a la vez arriesgada forma de intentar conseguir su objetivo de traspasar las fronteras. Al parecer, un individuo magrebí, que consiguió huir a Marruecos, conducía la moto acuática a gran velocidad hacía la ciudad autónoma, hacía una boya, que indicaba la presencia de algua persona realizando pesca submarina.
Activado el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, salió a su interceptación, y al llegar a su altura, el conductor realizó varias maniobras evasivas, emprendiendo su veloz huida hacía el vecino puerto marroquí de Beni – Enzar. Una vez allí dejó abandonada la moto acuática entre las escolleras y se dio a la fuga a la carrera.
Al oír gritos y voces desde el interior de la moto acuática demandando auxilio, los guardias civiles procedieron a su fiscalización, comprobando que en los habitáculos ocultos, las mafias que trafican con seres humanos habían introducido a las víctimas, que fueron auxiliadas a salir de tan lamentables espacios, encontrándose ambos en buen estado físico, sin que precisaran de primeros auxilios ni atención médica. La Guardia Civil puso entonces en marcha el protocolo de auxilio y rescate en el mar, vigente por el Convenio Internacional para la Seguridad de la vida humana en el mar suscrito y ratificado por la mayoría de países de la comunidad internacional, que atribuye la zona de salvamento y rescate a Marruecos, al haberse producido el salvamento y rescate en área de su responsabilidad. Al final, las fuerzas de seguridad de dicho país se hicieron cargo de las víctimas, que una vez más, como otros tantos miles de soñadores, vieron truncadas sus ambiciones por alcanzar una mejor vida.
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