«No podemos seguir permitiendo
un sistema en el que haya bolsas
de fraude de gente que comete robos
y hurtos y, al mismo tiempo,
esté cobrando 900 euros al mes de
ayuda social y, por otro lado, haya
personas que realmente sí necesitan
esa ayuda y no la están recibiendo
», aseguró el 20 de mayo de
2011 el entonces candidato a la Alcaldía
de Vitoria Javier Maroto a
un portal digital cuando el PP de
Álava apuraba sus últimos cartuchos
para recuperar la Alcaldía de
Vitoria y la Diputación de Álava.
Tres años después y tras el varapalo
sufrido en las elecciones europeas
del 25 de mayo, Maroto ha repetido
prácticamente el mismo
mensaje en dos ocasiones durante
esta semana y ha despertado a una
parte muy importante de su electorado
que, según fuentes del PP
vasco, comulga con el argumento
de que no existe control en la adjudicación
de ayudas sociales que de
forma mayoritaria recaen en determinados
colectivos de inmigrantes.
El PP de Álava se volcó ayer en la
defensa del alcalde –su gran baza
electoral– mientras que la dirección
del partido, con la presidenta
Arantza Quiroga a la cabeza, le
trasladó todo su apoyo sin restar
protagonismo a los portavoces territoriales
de Álava.
Javier Maroto recibió ayer a primera
hora de la mañana varias llamadas
de destacados miembros de
la dirección del PP vasco para respaldar
su denuncia sobre la existencia
de fraude en las ayudas sociales
entre determinados colectivos
de inmigrantes. Un mensaje
que el alcalde de Vitoria ya utilizó
el pasado lunes cuando en la convención
organizada por el PP alavés
enfatizó un contundente mensaje:
«Las ayudas (sociales) para el
que las necesita, para el que se las
ha ganado y se las merece», proclamó
el alcalde de Vitoria ante
más de un centenar de cargos públicos
y de militantes que anteriormente
habían refrendado con sus
aplausos las referencias de Maroto
a Miguel Ángel Blanco, al trabajo
en equipo realizado por el PP en el
Ayuntamiento y a la próxima inauguración
de la nueva Estación de
Autobuses tras 20 años con unos
andenes provisionales.
Pero Maroto dió un medido paso
adelante cuando tan sólo 24 horas
después señaló en una entrevista
en la cadena Ser que dos colectivos
como los marroquíes y los argelinos
utilizaban las ayudas sociales
para vivir sin tener que trabajar. El
revuelo mediático, político y social
generado por sus declaraciones
obligó a Maroto, un día después y
de viaje en Madrid donde grababa
un programa de televisión de promoción de Vitoria, a matizar sus
palabras para reconocer que ciudadanos
magrebíes que residen en
Vitoria también se han trasladado
a la capital alavesa con la intención
de trabajar.
El PP de Álava asumió ayer la
portavocía del partido en Euskadi
para ratificar los argumentos de
Maroto, para señalar directamente
a Lanbide como responsable de la
existencia de fraude en el cobro de
las ayudas sociales y para advertir
de la exitencia de «mafias» que recurren
a estos fondos públicos para
convertirlos en su ‘modus vivendi’.
El coordinador de la campaña electoral
del PP en Álava y parlamentario
Iñaki Oyarzábal fue el encargado
de contrarrestar las descalificaciones
políticas y sociales vertidas
contra Maroto por todos los grupos
políticos de la oposición y por los
colectivos que representan a los inmigrantes
en la ciudad.
Oyarzábal, que compareció para
dar a conocer una página web de
participación para configurar un
programa electoral abierto, situó la
denuncia de Maroto hecha suya por
el PP vasco en torno al fraude social
«con independencia de la nacionalidad
».
Un argumento que adelanta la
más que probable matización que el
alcalde de Vitoria introducirá en sus
próximas declaraciones públicas al
menos hasta que en otoño cuente
con un pormenorizado estudio de
los casos de fraude tras analizar exclusivamente
la demanda de ayudas
gestionadas por el ayuntamiento en
función de las nacionalidades de los
demandantes.
Oyarzábal, además, insinuó que
en la reanudación de la actividad
parlamentaria el PP vasco activará
varias iniciativas dirigidas a reforzar
los mecanismos de control en la
concesión de las ayudas sociales y
asumió que la reforma pactada entre
su partido y el PSE alcanzado en
septiembre de 2009 «se quedó a medio
camino».
«Seguramente el PP elaborará
una propuesta parlamentaria para
que se señale a quien tiene la responsabilidad
de tomar medidas para
evitar el fraude», aventuró ayer
Oyarzábal en una inicitiva que se
convertirá en uno de los termómetros
para intuir si, tras las vacaciones,
el PP de Álava vuelve a reactivar
esta polémica.
Una polémica cíclica especialmente
en Álava y que el alcalde Maroto
ha personalizado tanto en los
meses previos a su elección como
cuando ya fue elegido. Circunstancia
que será argumentada hoy por
todos los grupos de la oposición en
el pleno que debatirá y aprobará
una moción que rechaza la «utilización
partidista de la inmigración y
las problemáticas derivadas».