La mayoría de ocupantes de la última nave del Poblenou se acogen al plan del Ayuntamiento
El Diario, , 16-07-2014La última nave industrial del barrio del Poblenou de Barcelona que permanecía ocupada por un colectivo de personas de origen subshariano, será desalojada este miércoles. De hecho, el desalojo será un mero trámite, porque ayer ya no quedaba ni una de las 22 personas que vivían y trabajaban la chatarra en ese espacio, en la calle Paraguay. La mayoría se han acogido al Plan de Asentamientos del Ayuntamiento de Barcelona y se encuentran ahora durmiendo en albergues o pensiones municipales.
Son 18 de los 22 habitantes de la nave los que se han apuntado a la salida que les ofrecía el consistorio, según fuentes municipales, una opción que incluye la posibilidad de entrar en un programa de formación y empleo y un alojamiento hasta que encuentren una solución a su situación, según asegura el consistorio.
En los últimos días la mayoría de quienes vivían en la nave han ido sacando sus pertenencias, muchas más de lo que se pueden llevar a los albergues, y han intentado guardarlas en espacios de compañeros y conocidos. Solo cuatro de ellos han optado por hacer uso del almacén que ponía a su disposición el consistorio barcelonés, ya que se encuentra en Sant Andreu de la Barca, a 30 kilómetros de la ciudad.
Ante el desalojo, las entidades vecinales han celebrado que el Ayuntamiento garantice su asistencia a los afectados, pero lamentan que el problema de exclusión social que padecen quienes viven en estos asentamientos seguirá hasta que consigan regularizar su situación en Europa.
“Nunca podremos estar satisfechos con estas soluciones si no hay cambios en la ley de estrangería que permitan a estas personas ser iguales a los demás ciudadanos”, explicaba Carlota Falgueras, de la Red de Apoyo a los Asentamientos. Del mismo modo se expresaba Andrés García, abogado del colectivo, que considera que cualquier salida asistencial o de emergencia para los desalojados “es una chapuza, porque no soluciona el problema de fondo”. “Tiene que quedar claro que esta gente no estará hoy mejor que ayer, al contrario; ayer tenían un espacio colectivo en el que dormían y, además, podían ganar dinero para subsistir. Hoy no tienen esto”, sentenciaba el letrado, que considera que el consistorio debería ser más flexible a la hora de proporcionar un entorno a estos colectivos para autogestionarse.
Tras el desalojo y derribo de esta nave industrial, quedarán unos 18 asentamientos en el Poblenou, según los vecinos, aunque ninguno de ellos tendrá el perfil de un espacio industrial en el que viven decenas de personas. Los que quedan son asentamientos en solares al aire libre o pisos y bloques sobreocupados.
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