El ataque neonazi de marzo de
2012 ante la Sala Stroika de Manresa,
por el cual fueron detenidas
17 personas por intento de homicidio,
sigue teniendo eco más de dos
años después. Y, de nuevo, en forma
de palizas presuntamente orquestadas
por miembros del grupo
conocido como Cusos, vinculado a
las corrientes ultras del Real Madrid
y el Espanyol. Diez de sus
miembros permanecen todavía en
prisión provisional acusados de
tentativa de homicidio tras dejar
en coma a un menor de edad al cual
cazaron a las puertas de la sala
de fiestas, dos horas antes de que
éste acudiera a un concierto de
música de una banda antifascista.
Los Mossos d’Esquadra realizaron
el 8 de julio pasado cuatro
nuevas detenciones que los investigadores
consideran vinculadas
directamente con el caso Stroika.
Los cuatro arrestados en viviendas
de Tarragona y Terrassa por
la Unitat Central de Segrestos i
Extorsions están acusados de los
delitos de pertenencia a grupo
criminal, lesiones, robo con violencia,
amenazas y extorsiones a
las que habrían sometido a una
quinta persona en Tarragona,
además de preparar el secuestro
de otra.
Su objetivo, según reveló ayer
la policía de la Generalitat, era
obtener dinero para colaborar,
precisamente, con la defensa de
los diez Cusos que permanecen
encarcelados. De esta forma habrían
llegado a obtener unos
2.500 euros derivados, según la
investigación de los Mossos, a pagar
a los abogados de sus compañeros.
Además habrían destinado
parte del dinero a la indemnización
para la víctima del ataque de
2012 a la que, según los Mossos
d’Esquadra, los acusados estarían
dispuestos a aceptar en conformidad
con la acusación para intentar
rebajar la petición de pena. En
el momento de la detención los
cuatro detenidos pretendían que
la misma persona abonara otros
5.000 euros.
Para conseguir el dinero, los
cuatro arrestados agredieron en
varias ocasiones a la misma víctima,
y le provocaron en una de las
palizas la rotura de uno de los
tímpanos. Fue durante la intervención
médica por esta herida
cuando se precipitó la investigación,
gracias a que el centro hospitalario
en el que fue atendido
avisó a la policía siguiendo el protocolo
de actuación ante agresiones
y pese a la negativa de la víctima
a presentar denuncia alguna.
Los seguimientos a los que fueron
sometidos los sospechosos por la
unidad de secuestros y coordinados
por un Juzgado de Instrucción
de Tarragona revelaron,
además, la preparación de una
nueva paliza, además del secuestro
de otra persona para intentar
obtener más fondos para sus
compañeros.