'Salwar' paquistaní para la tamborrada
Una compañía de barrileros paquistaníes debutará en la 53ª edición de la tamborrada de San Juan. Saldrán ataviados con la característica camisa larga y dirigidos por su profesor en el centro EPA Imanol Rojo
Diario Vasco, , 22-06-2014La ‘salwar kameez’ o camisa típica paquistaní se combinará este año con los uniformes escoceses, franceses y con los trajes a la antigua que colorean la tamborrada de la noche de San Juan. Este evento festivo tan entrañable para los mondragoneses celebrará mañana su 53ª edición con la llamativa novedad del debut de una compañía íntegramente extranjera. Una veintena de barrileros paquistaníes más un marroquí y un nepalí, componen la nueva formación que dirigirá Imanol Rojo. Pese a sus reticencias iniciales, este profesor de castellano, euskara y lectura en el centro Educación Permanente de Adultos (EPA) se ha embarcado en la tarea de guiar a sus alumnos en el desfile de barriles y tambores que partirá a las 23.00 horas desde Zaldibar.
La de los paquistaníes será una de las cinco compañías de barrileros que participarán en la parada. Otras cinco compañías de tambores completarán la revista que encabezarán sobre sus monturas las abanderadas de la Ikurriña, de Arrasate y del SUDC. En total, alrededor de 300 participantes recorrerán las calles del centro con final en la Herriko plaza. Un año más, la Banda de Araia (Araba) pondrá la música, Luis Mari Okina el redoble y Néstor Maidagan será el Tambor Mayor.
Completando huecos
Las previsiones de asistencia a la tamborrada son a todas luces satisfactorias, pero cuando en abril pasado comenzaron los preparativos para organizar este evento, la baja de dos compañías habituales disparó las alarmas en el seno del SUDC. La comisión de sociedades que preside Juan Luis Arkauz empezó inmediatamente a buscar los medios para completar los huecos.
«Mientras que Hernani, Errenteria o Irun mantienen listas de espera para incorporarse a sus tamborradas y alardes, aquí tenemos que salir a rogar para encontrar participantes» se lamentaba Rosi Otaduy, directora de la compañía de barriles ‘Montxon’. Esta veterana barrilera, sin embargo, alberga la convicción íntima de que en Mondragón «habrá también quien quiere salir (en la tamborrada) y no se atreve».
Se hallaban en medio de este debate «cuando de pronto alguien preguntó: ¿y qué hay de los paquistaníes?». Rosi Otaduy asumió personalmente el reto.
El oreretarra Imanol Rojo lleva años ejerciendo como docente de castellano y euskara para extranjeros que no se manejan estos idiomas. De aulas afuera, su labor en favor de la inserción social de los paquistaníes es bien conocida. Estos inmigrantes constituyen una de las comunidades foráneas más numerosas, con más de un centenar de ciudadanos avecinados en Arrasate. Y en consecuencia desempeñan un papel destacado en actividades públicas como el ‘mercado de la interculturalidad’ que este año por segunda vez se celebrará el tercer día de San Juan.
Imanol Rojo, además de profesor, se ha convertido en una especie de comisionado de la comunidad paquistaní local, que a diferencia de la saharaui, marroquí o palestina «no está organizada en torno a una asociación». Y a él se dirigió Rosi Otaduy en mayo con la propuesta de constituir una compañía paquistaní para la tamborrada de mañana.
«Ni les sonaba» admitía Rojo. Los usos y costumbres locales son todavía asignaturas pendientes para la inmensa mayoría de los 80 paquistaníes matriculados en la EPA. Las nociones de cultura vasca que poseen son aún muy vagas.
Además de la barrera idiomática, la fe musulmana que profesan constituye para muchos de ellos un obstáculo para la integración en el estilo de vida local. Por ere motivo, Imanol Rojo rehuye el término ‘integración’ y se decanta por otro sustantivo: ‘participación’.
Rojo les animó a sumarse a la tamborrada con el argumento de que este evento constituía una ocasión propicia «para involucrarse y participar en las celebraciones de un pueblo con el que están en deuda por toda la ayuda que les brinda a través de instituciones como Lanbide, Ayuntamiento, Caritas…».
Finalmente fueron 22 los alumnos que aceptaron la invitación lanzada por el profesor Rojo, y que mañana debutarán en la tamborrada. Los más lo hacen por gusto y porque «también en Paquistán tocamos tambores en las celebraciones familiares» señalaba Jaffar en un castellano muy rudimentario. Como él, Sayad, Zahid o Mohammad lucirán mañana su ‘salwar kameez’ más elegante e impoluta. No habrá una uniformidad oficial. Cada uno irá con la camisa paquistaní del color que le apetezca, pero todos llevarán al cuello el tradicional pañuelo con el característico color morado ‘nacional’ mondragonés.
De Gujrat
Los paquistaníes afincados en Arrasate, señalaba Imanol Rojo, son originarios del distrito de Gujrat, en la provincia de Punjab, enclavada en el norte del país. Su lengua es el dialecto punjabi del urdu.
«Son gente muy sociable y abierta, y es fácil ganarte su corazón para siempre». Su carácter respetuoso y disciplinado ha quedado de manifiesto en los ensayos de la tamborrada. Juan Luis Arkauz así lo atestiguaba recalcando la «puntualidad y la diligencia con la que han atendido todos los ensayos».
Jaffar, que reconocía algunas dificultades para seguir los toques más complejos, era la mejor prueba de la «enorme voluntad» que, según Arkauz, están poniendo los paquistaníes «en su esfuerzo por aprender a tocar correctamente». Y «quizá lo hagan ya incluso tan bien e incluso mejor» que algunos arrasatearras de acrisolada veteranía añadía Rosi Otaduy.
La directora de la compañía Montxon aún se carcajeaba recordando las «caras de asombro, las miradas y reojos» que se suscitaron la primera vez que los paquistaníes acudieron a ensayar. Ocurrió el 26 de mayo en San Viator y «algunos se miraban como preguntando: ¿y estos qué?».
Los paquistaníes se han ganado su puesto en el seno de la tamborrada, y desde el SUDC sólo tienen buenas palabras para con ellos. Tienen fama de gente seria y cabal, y desde luego que no son de los que van corriendo al bar al término del ensayo. «Una vez les dije: ¡vámonos a tomar una cerveza!, y sólo me siguió uno» recordaba Rosi.
Eso sí, demuestran un respeto exquisito por todo lo que irradie autoridad. A su profesor Imanol Rojo no le dejan acarrear ningún bulto o bolsa. Se lo quitan de las manos para llevarlo ellos. Y a un asombrado Arkauz, presidente del SUDC, le tratan de ‘maestro’ y le dedican los más atentos saludos.
Las personas mayores son objeto del máximo respeto. Educados en clanes familiares donde los jóvenes se hacen cargo de los viejos, «les choca enormemente la existencia de residencias de ancianos» apuntaba el profesor Imanol Rojo.
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