El secuestrador en serie de Madrid baña a las niñas para eliminar restos biológicos

La Policía intensifica la búsqueda del raptor, que evita zonas donde podría ser grabado y se gana la confianza de las menores agasajándolas con pequeños regalos

El Correo, el correo, 20-06-2014

El distrito madrileño de Ciudad Lineal vive en un permanente estado de pánico desde que una niña de origen chino de seis años fuera raptada el pasado martes por un desconocido. La dejó en libertad a las pocas horas, a siete kilómetros de su casa, tras drogarla y bañarla para eliminar cualquier rastro biológico que permita identificarle. Al parecer, abusó de ella. La alarma ha saltado entre los vecinos porque no es la primera vez que pasa. La Policía Nacional ha intensificado sus investigaciones para dar con un supuesto secuestrador en serie que ha desaparecido sin dejar rastro. Apenas algunos testigos lo identifican como un varón español, alto, de pelo canoso que ronda los 40 años y que sería el autor de un rapto similar ocurrido en el entorno recientemente: el pasado mes de abril otra menor de nueve años fue secuestrada en Ciudad Lineal y puesta en libertad a las cinco horas bajo los efectos de un narcótico tras ser también lavada a conciencia.

Los modestos barrios que componen Ciudad Lineal se ubican en la periferia de Madrid y el 15% de su población es de origen inmigrante. La pequeña Yiyu Ji reside en Ascao y era habitual verla jugar junto a su hermano y su primo en la acera ubicada frente al sencillo comercio de alimentación chino que regentan sus padres. La familiaridad del entorno hacía que los niños se movieran con libertad y que incluso entraran en establecimientos cercanos, como el locutorio ubicado junto al negocio paterno.

Nadie reparó en aquel hombre “con gorra y gafas de sol” que llevaba algunos días merodeando la puerta del ‘chino’, ganándose la confianza de la menor “regalándole gomas para hacer pulseras y tirándole aviones de papel”, hasta que la niña desapareció el martes. Había pasado todo el día jugando con una pistola de agua con la que ‘amenazaba’ a los viandantes – algunos recuerdan agradecidos algún ‘disparo’ en una jornada sofocante de calor – , pero a las siete de la tarde a Yiyu Ji se la tragó la tierra. Nadie daba con ella pese al rápido despliegue vecinal y una inmediata denuncia a la Policía. Apareció a eso de las once y media de la noche en el extremo opuesto del distrito. Sola y llorando en plena calle. Pese a que fue trasladada al hospital más cercano y se activó el protocolo contra violaciones, no ha trascendido si el secuestrador abusó de la niña, que al cierre de esta edición seguía en observación. “Bien, bien, está bien”, se limitaba a repetir entre sollozos su padre desde el mostrador de su comercio.

A partir de ahí, las cábalas. Siguen sin aparecer testimonios o imágenes que permitan elaborar un retrato robot del delincuente. Los expertos reconocen que el raptor es sumamente cuidadoso y sabe a la perfección cómo pasar desapercibido. Evita las zonas en las que existen videocámaras de establecimientos que graban la calle.

Las próximas horas, clave

Aunque hay varias líneas de investigación abiertas, fuentes policiales advierten que la principal hipótesis es que se trate del mismo hombre que el pasado 10 de abril secuestró a otra pequeña en otro barrio de Ciudad Lineal. La niña estaba en un parque con su madre, pero fue a una tienda cercana a comprar chucherías con varias amigas y no volvió. Apareció a cuatro kilómetros del lugar pasadas varias horas, aturdida y también bañada. Según su propio testimonio, fue conducida a una vivienda que, dos meses después, los investigadores siguen sin localizar. Tampoco aportó datos esclarecedores sobre el hombre.

A la espera de nuevos datos – las primeras horas son fundamentales – , la Policía ha anunciado que adecuará su despliegue a la alarma social que se ha extendido por el distrito al vincularse ambos secuestros. Además de las patrullas, se triplicará el número de agentes dedicados a investigar los hechos: antes del martes eran cinco, ahora quince.

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