tudela. “Esta ciudad ya no es homogéneamente religiosa como hace 15 o 20 años; y reconocer que cada persona tiene derecho a profesar su fe y ayudar a la Administración a gestionar el hecho religioso es importantísimo”. Son palabras de Esteban González Echevarría, director del Centro Lasa de Tudela, pocas horas antes de que se celebrara la Jornada Intercultural que organiza este servicio desde el año 2010 para hacer visible la diversa realidad cultural con la que trabaja el centro a diario.

Las cifras corroboran la necesidad de afrontar la inmigración más allá de la formulación teórica: personas de un total de 82 nacionalidades conviven a día de hoy en la capital ribera y, de forma oficial, en la ciudad se tiene constancia de la existencia de 10 tipos de templos de distintos cultos, al margen del cristiano, que “tienen un carácter minoritario, pero están formando una importante colonia dentro del mundo de la diversidad religiosa”, valora Esteban González.

Desde el Centro Lasa, que celebró el pasado sabado la jornada bajo el lema Tudela hospitalaria, Tudela intercultural, el reto en este sentido pasa por hacer partícipe a la ciudadanía de la labor desempeñada en la sede del Barrio de Lourdes, donde alrededor de 225 personas han tejido una red de colectivos, fomento del asociacionismo, proyectos de participación artística, diálogo interreligioso y colaboración con otras entidades sensibles al tema de la exclusión social con las que se comparten objetivos de justicia social e integradores, como la Plataforma Antidesahucios.

nueva legislación Sobre la necesaria implicación de las administraciones, en el caso concreto de Tudela, González recuerda que, por ejemplo, “seguimos teniendo problemas para llevar a cabo la matanza del cordero el día de la fiesta musulmana, no podemos tampoco avanzar en el tema de la circuncisión… Son asuntos que existen, están ahí, ocurren… A pesar de que hemos presentado documentación en varias ocasiones para formalizarlos, no hemos logrado nada”.

Por eso, desde el Centro Lasa tienden la mano al Ayuntamiento de Tudela y al Gobierno de Navarra para poner sobre la mesa su experiencia diaria con las 42 familias a las que atienden y con las 77 mujeres a las que prestan soporte de todo tipo, principalmente magrebíes y subsaharianas. “La inmigración dejó su beneficio a la sociedad aportando sus impuestos antes de la crisis y queremos que eso se reconozca. También nos ha brindado un lado de creatividad y cultura por la diversidad que Tudela no tenía antes. Además, aporta sangre nueva y un nueva forma de ver el mundo”, defiende González Echevarría. De ahí que desde el Centro Lasa insten “a las autoridades a realizar una apuesta seria y una revisión profunda de la actual Ley de Extranjería”.

En este sentido, reiteran que “necesitamos una legislación cuya intención sea velar por los derechos de nuestras comunidades de migrantes”. Tal y como recuerda González con la mirada puesta en el programa de actividades que se desarrollaron el pasado sábado, “hubo un momento en el que vimos que era necesario sensibilizar hacia afuera del centro, no sólo con los colectivos con los que trabajábamos sino haciendo una fiesta más participativa”. Por eso, la jornada que organizaron desde el Centro Lasa utilizó el folclore, la cultura y la gastronomía en la calle para “festejar y compartir la diversidad de la sociedad tudelana”.

El centro, ubicado en el Barrio de Lourdes, trabaja de forma especialmente estrecha con las comunidades de Senegal, Nigeria, Colombia, Ecuador, República Dominicana y Colombia.

A día de hoy, el mayor núcleo de inmigrantes de la Ribera se encuentra en Tudela (5.266 personas), seguida de Corella (1.428), Cintruénigo (1.417) Ribaforada (615) y Villafranca (608).

en corto

l Los inmigrantes en el censo. La crisis económica se hizo visible en el padrón de inmigrantes de la Ribera a partir de 2011, cuando se produjo una bajada en el número de extranjeros registrados en la comarca de 131 personas menos (se pasó de 16.926 a 16.795 en el total de la comarca). Desde entonces la tendencia, que había sido significativamente ascendente de 2009 a 2010, cuando se contabilizaron 713 inmigrantes más en un año) ha caído en picado hasta alcanzar el 8%, lo que significa que 1.371 personas abandonaron la comarca.