Se acerca el verano y muchos empiezan a pensar cómo organizarse las vacaciones estivales. Aunque existen muchas opciones, Cáritas Gipuzkoa propone participar en los campos de trabajo que promueve en cinco de sus proyectos: el Aterpe, centro de acogida y atención integral para personas sin hogar; Aukera, proyecto de inserción socio – laboral; Laguntza Etxea, centro de acogida para inmigrantes; la prisión de Martutene y Betania, el hogar de acogida para personas con VIH.

Todos los campos de trabajo tendrán lugar del 8 al 18 de julio por las mañanas, excepto el de la cárcel de Martutene, que será del 19 al 27 de julio, en horario de mañana y tarde.

Desde Cáritas informan además que las personas que participen en los Campos de Trabajo de Aukera, Aterpe, Betania y Laguntza Etxea realizarán una convivencia el fin de semana del 12 y 13 de julio en el que «compartirán diversas actividades y experiencias, además de interiorizar lo que están viviendo».

El plazo para formalizar las inscripciones finaliza el próximo 4 de julio y deberán ser canalizadas a través de Cáritas Gipuzkoa, abonando 30 euros u 80, en caso de que también se pernocte. Eso sí, desde Cáritas informan de que cuando el participante asiste al campo de trabajo durante el periodo que dura la actividad, se le devuelve el importe íntegro de la matrícula.

Edad mínima

La edad mínima para colaborar en estos proyectos es de 18 años, y de 20, para participar en el proyecto de la prisión de Martutene.

Esta iniciativa tiene dos objetivos principales. Por un lado, acercar y dar a conocer a los jóvenes y a la sociedad en general las diversas realidades de exclusión social que hay en el entorno y, por otro lado, ofrecer apoyo y acompañamiento a las personas beneficiarias de estos servicios sociales.

Jon Odriozola, desde el área de formación y voluntariado de Cáritas Gipuzkoa, coordina estos campos de trabajo que se llevan organizando desde hace años. Asegura que es una actividad «muy enriquecedora» y que aquellos que participan en ella realizan «una valoración muy positiva» al término de su experiencia.

Afirma Odriozola que a través de estos campos de trabajo «los jóvenes pueden conocer de cerca diferentes situaciones de exclusión social que se dan entre sus conciudadanos, pero que, sin embargo, resultan muy lejanas y desconocidas».

Reconoce este responsable de Cáritas Gipuzkoa que «ante lo desconocido, en cualquier ámbito, todos tendemos a levantar barreras; pero son barreras que desaparecen cuando se conoce mejor esa realidad oculta, cuando se entabla una relación con las personas que sufren esta exclusión, que resulta tan olvidada para muchos».

Acompañamiento

Así, insiste en que «esa mirada distante que tienen algunas personas inicialmente, pasa a ser una mirada mucho más cercana y consciente» después de las dos semanas de colaboración con estos proyectos de Cáritas.

En este sentido, recalca que «la reflexión es muy importante» durante este periodo de acompañamiento a las personas que forman parte de estos proyectos de acogida a los que se asiste.

Más allá de desempeñar una serie de trabajos específicos en estos centros, el objetivo es que los que se involucren en estos campos de trabajo ofrezcan su compañía a quienes recurren a estos servicios porque los necesitan.

Y es que, tal y como señala Jon Odriozola, muchas de estas personas han roto con su entorno social y «lo que más aprecian es ese contacto humano y social» del que ya no gozan.

De ahí que insista en la necesidad de «tomar más cafés», no tanto en el sentido literal, sino en el de promover la generación de encuentros sociales en un entorno relajado. El fin de los mismos sería que estas personas se sientan más arropadas en la sociedad.