La XVII edición del festival de fotografía contemporánea PhotoEspaña ha arrancado con la mirada puesta en la fotografía española. Desde el 4 de junio y hasta el 24 de julio, más de un centenar de exposiciones recorren la historia de esta disciplina artística en el país a través de distintas generaciones, autores, enfoques y temáticas. Auque no es el tema principal, el catálogo del certamen, uno de los de mayor fama y proyección internacional, no ha dejado fuera autores comprometidos con el mundo que les rodea y que han ido más allá de la estética para centrarse, sobre todo, en el mensaje y, a veces, en la denuncia.

Encontramos a David Palacín, fotógrafo leonés que se sintió sobrecogido al visitar la isla Gorée frente a las costas de Senegal. De allí salieron miles y miles de esclavos negros hacia Estados Unidos y el Caribe para nunca volver. Hoy, los rostros de los descendientes de esos prisioneros del primer mundo cuentan una historia olvidada. Las causas del hambre son analizadas por la burgalesa Asunción Molinos a través de una muestra de fotografía y esculturas que revela, entre otras cosas, cómo se lleva a cabo el ocultamiento de grano en enormes buques cargueros para crear una falsa sensación de escasez. Las tradiciones de las minorías étnicas y las fiestas tradicionales de Chile encuentran sus similitudes con las españolas en una muestra con la que las artistas Alejandra Undurraga y Catalina Riutory intentan acercar dos mundos que se parecen más de lo que pensamos.

La inmigración irregular y la frontera sur, los efectos de la crisis económica o los derechos de la mujer también se someten al análisis de los artistas más sociales y comprometidos de PhotoEspaña 2014. Pasen y vean.