La acción de Nemmouche Mehdi es precisamente la que quiere evitar la Unión Europea con su plan de prevención de alistamiento de jóvenes yihadistas en Europa. Este francés, de 29 años y natural de Roubaix, fue detenido el viernes como sospechoso del ataque del pasado 24 de mayo en el Museo judío de Bruselas, en el que murieron cuatro personas. Su arresto, confirmado ayer por el portavoz de la Fiscalía belga, Wenke Roggen, tuvo lugar en la estación de autobús de Marsella, adonde había llegado procedente de Amsterdam. Los fiscales del caso también informaron ayer de que Mehdi se ha declarado culpable de los hechos y añadieron que intentó grabar los asesinatos en el museo, pero que no pudo hacerlo porque su cámara falló.

Mehdi estaba en la lista de sospechosos de la Dirección General de Seguridad francesa, dependiente del Ministerio del Interior, que le seguía la pista desde principios de 2013, cuando viajó a Siria para enrolarse en la yihadcon los grupos rebeldes contrarios al régimen de Asad. En el momento de su detención portaba un fusil kalashnikov, similar al que puede verse en la grabación captada por las cámaras del museo belga, así como un revólver, munición y una gorra que se ajusta a la descripción del asesino, informa France-Presse.
El ataque antisemita se produjo en la víspera de las elecciones federales belgas y europeas y fue calificado por el Congreso Mundial Judío como el golpe más duro que ha recibido esta comunidad en Bélgica desde la Segunda Guerra Mundial. Una pareja de israelíes, una mujer francesa y un ciudadano belga murieron en el tiroteo y el Gobierno decidió elevar el nivel de alerta por miedo a que se produjeran ataques similares en otros centros frecuentados por la comunidad judía, como colegios y sinagogas. El presidente francés, François Hollande, destacó ayer la rápida actuación de la policía y recordó que Francia «perseguirá a estos yihadistas para evitar que al volver de una lucha que no es la suya nos puedan hacer daño».

Este asunto se ha convertido en una de las máximas prioridades de la lucha antiterrorista en la Unión Europea tras constatar un aumento del número de jóvenes europeos que viajan a Siria y otras zonas de Oriente Próximo a hacer la yihad. Según los datos que maneja la oficina comunitaria antiterrorista, entre el 7% y el 11% de los combatientes extranjeros que luchan en Siria proceden de países europeos, principalmente Francia, Bélgica, Holanda y Reino Unido.

La tragedia de Bruselas recuerda al ataque que tuvo lugar en 2012 en la ciudad francesa de Tolouse, cuando otro lobo solitario afín a los yihadistas mató a siete personas durante casi una semana de pánico y persecución policial.

El jefe de la unidad antiterrorista comunitaria, Guilles de Kerchove, admitió recientemente que la UE carecía de una base de datos unificada de jóvenes europeos que van al extranjero a combatir con grupos islamistas y a su regreso suponen una amenaza en los estados miembros. «Estamos preocupados por el número de combatientes extranjeros que están yendo a luchar a Siria», reconoció.

Antes de acudir a Siria, Nemmouche Mehdi había estado ingresado en una prisión francesa, donde previsiblemente habría contacto con gruposyihadistas, según sospecha la policía gala. La detención podría prolongarse durante 144 horas antes de que pase a disposición judicial ya que la legislación antiterrorista francesa permite retener durante más tiempo al sospechoso si existe un riesgo de ataque inminente.