No parece tener fin la llegada de inmigrantes a las costas italianas a bordo de barcazas. En las últimas 24 horas la Marina rescató a más de tres mil quinientas personas que, procedentes del norte de África, se encontraban a la deriva en medio del mar Mediterráneo a bordo de frágiles embarcaciones. Tras ser avistados y auxiliados, fueron transportados a diversos puertos de la isla de Sicilia.

Mientras el remolcador Asso 25 socorría a unas 1.500 personas, un barco de pesca ayudaba a otras 250 cerca de las costas de Marina de Ragusa. En otra operación, el buque de la Marina Libra socorrió a otras 450 personas en el canal de Sicilia.

Por la noche, fue la nave San Giorgio la que salvó a 200 inmigrantes cerca de la isla de Lampedusa, donde, a pesar de estar el centro de acogida cerrado, tuvo que desembarcarlos. La alcaldesa, Giusi Nicolini, explicó que entre los náufragos, todos ellos de origen eritreo, se encontraban 29 mujeres, tres de ellas embarazadas, así como 12 niños que tendrán que ser transportados a Sicilia, ya que en la isla se encuentran ya otros 266 inmigrantes. De los recién llegados se hizo cargo el Ejército dentro de la operación Calles Seguras.

A Puerto Empedocle, en Sicilia, llegaron dos barcos, el patrullero Peluso con 307 sirios y el Euro de la Marina con otras 531 personas, de las que 121 son mujeres, cuatro de ellas embarazadas, y 42 menores.

En los últimos meses se ha registrado un gran aumento de inmigrantes que proceden del norte de África, informó la agencia Frontex. Son datos confirmados por el Gobierno italiano, que calcula en 39.000 las personas que han llegado a sus costas en lo que va de año, mientras que en todo el 2013 fueron 43.000. La guerra de Siria y la inestabilidad política en Egipto son la causa de este incremento.

Deducir el gasto

Para el ministro del Interior, Angelino Alfano, es necesario mayor apoyo del resto de Europa, y ha amenazado con descontar el gasto de la operación Mare Nostrum de la contribución que hace Italia a la Unión Europea. También la ministra de Defensa, Roberta Pinotti, se unió a la queja de su compañero de Gabinete al pedir que la UE «no sea solo la de los límites a los pescadores, sino también la que nos permita afrontar el problema de la inmigración en común. Italia no puede estar siempre sola».

En los últimos días también la Iglesia intervino en el problema a través del presidente de la Conferencia Episcopal, Angelo Bargnasco, quien dijo que ·si Europa quiere presentarse como casa común y no como un grupo de intereses donde el más fuerte domina, no puede esconderse y ver el problema como fastidioso».