«El primer edil de Sestao también ha querido dejarles claro que la grabación está editada y manipulada de tal manera que la versión que se ha difundido da a entender de forma engañosa que Bergara se refiere a los inmigrantes , cuando en realidad es que se refería única y exclusivamente a los inmigrantes cuando habla de mierda». Cuando no está de Dios, no está de Dios…

Ese párrafo incluía la nota de prensa inicial emitida por el Ayuntamiento de Sestao tras la reunión en la que su alcalde, Josu Bergara, quería sellar la paz con los inmigrantes después de que se difundiera una grabación en la que los calificaba de «mierda» y, ya disfrazado de «Harry el Sucio», prometiese sacarlos él mismo «a hostias (sic) si vuelven a Sestao». Naturalmente, la nota de prensa del Ayuntamiento contenía un gazapo de dimensiones catedralicias («inmigrantes » en vez de «delincuentes») que no hace sino corroborarnos que en la España perpleja es posible meter ambas piernas en un solo agujero y que muchas veces la medicina se convierte en cicuta.

El PNV ha respaldado a Bergara, que también recibe estos días el aliento de varias asociaciones de vecinos del pueblo, santo y seña de la margen izquierda del Nervión, tradicionalmente gobernado por el socialismo hasta el colapso general sufrido por el partido del puño y la rosa en las últimas municipales, momento en el que el peneuvista Bergara se hizo con la alcaldía. Uno de los primeros en prestarle apoyo ha sido el senador Iñaki Anasagasti, que hace poco consideraba un «escándalo» de «tintes xenófobos» excluir a los inmigrantes irregulares de la cobertura sanitaria (asunto que no ha ocurrido con carácter general), pero no califica así el sacarlos a bofetadas del mismo Sestao.
Blanco y negro
Con Arzalluz primaba la lengua sobre la raza

Desde su fundación, el PNV ha tenido estas erupciones contra el forastero prendidas en su doctrina. No hace falta que fuera extranjero, el rechazo empezaba en Miranda de Ebro. Basta con remitirse al legado «intelectual» depositado por su fundador, Sabino Arana: «Nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio, mantengamos firme la fe de nuestros antepasados y la seria religiosidad que nos distingue, y purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan infestadas y a punto de corromperse por la influencia de los venidos de fuera».

Noventa años después, Xabier Arzalluz añadía una entrada a su enciclopedia del disparate que blasona el incalificable «ETA mueve el árbol y nosotros recogemos las nueces». Ocurrió en 1994, y fue para desmentir las acusaciones de racismo cuando le dio por proclamar que los vascos eran diferentes y únicos porque tenían el Rh negativo, así en general. Y fue entonces cuando dijo: «Yo prefiero un negro, negro, que hable euskera que un blanco que lo ignore».

Se cumplen dos décadas de aquella revelación del entonces presidente del PNV, y ahora llegan las palabras de Bergara y las acusaciones de que se niega a empadronar a los inmigrantes …

Puede, como insisten desde Sabin Etxea, que no haya un atisbo de racismo y xenofobia en la clase dirigente del nacionalismo vasco, pero lo cierto es que se esfuerzan mucho en demostrar lo contrario. «¡Alégrame el día!», pero en euskera.