"Josu Bergara no se merece el trato que le están dando"
Cerca de 2.000 personas se concentran en Sestao para apoyar a su alcalde
Deia, , 27-05-2014Sestao – Cerca de 2.000 personas atendieron ayer la llamada de la asociación de vecinos Txabarri Garbi en apoyo al alcalde de Sestao, Josu Bergara y acudieron a la manifestación que comenzó a las 20.00 horas. Y media hora después aún permanecían en la plaza del Kasko numerosos corrillos de vecinos intercambiando impresiones sobre lo acontecido desde que el pasado jueves SOS Racismo denunciara al primer edil por su negativa a empadronar a inmigrantes conflictivos.
“No ha hecho más que lo que los vecinos le hemos pedido”, repetían varias personas, hastiadas de una situación de degradación de la convivencia que se manifiesta en los testimonios de sus residentes. “No hay derecho a lo que están haciendo con el alcalde. No se merece el trato que le están dando”, señalaba una y otra vez, micrófono en mano, el presidente de la asociación vecinal, Manolo Fernández, cuyas alocuciones en defensa del regidor eran contestadas con encendidos aplausos.
Arropado por dos pancartas con expresiones de apoyo a Bergara y contra los calificativos de racismo empleados por la organización humanitaria denunciante, el dirigente vecinal acusó a los medios de comunicación estatales y a algunos dirigentes políticos – “que son unos señoritos que viven del dinero público y que no tienen que preocuparse por su seguridad ni la de su familia” – , de haber orquestado este “linchamiento mediático al único alcalde que está haciendo algo por los vecinos”.
Un sentimiento que se plasmaba en las decenas de carteles que los vecinos exhibieron en la concentración en los que se podía leer Josu el pueblo está contigo o Josu. Gracias por defender a tus vecinos. Frente a los oradores, un vecino portaba su propia pancarta: No somos racistas, somos realistas, que junto al No queremos familias conflictivas, fueron los argumentos más coreados por los cientos de asistentes a la concentración vecinal. Asistentes como Ramiro Alonso, un pequeño empresario de Txabarri 33 que tuvo que cerrar hace doce años cuando la llegada masiva de familias conflictivas al barrio “creó una situación similar a la que se está produciendo ahora” con algunos inmigrantes de otros países. “Txetxu Milla nos vendió el pueblo y los que vinieron después lo remataron”, señalaba Ramiro, que harto de pelarse contra los molinos del abandono institucional – “aquí los alcaldes no hicieron nada para apoyar a la gente trabajadora” – , decidió volverse a la provincia de Burgos de donde es natural.
Pueblo trabajador Una triste historia para la zona baja de este pueblo trabajador que en aquella época vio cómo se cerraban desde “una de las mejores ferreterías de Bizkaia a la que venía gente de Bilbao y de todos los sitios, hasta tiendas de ropa, de alimentación o bares”, relataba Ramiro a los presentes desde uno de los peldaños del kiosco de la plaza.
Pero su historia, la de un próspero comerciante que opta por cerrar su negocio, con ser triste, no lo es tanto como lo que le sucedió hace mucho menos tiempo a su hija, regente de una degustación de la zona de Txabarri que a punto estuvo de ser quemada viva junto a sus hijos por unos delincuentes con los que había discutido días antes. “A punto estuvieron de matarnos. Al final tuve que dejar once años de mi vida. Once años tirados por la borda aunque a ellos les cayeron 18 de cárcel, que se sepa, que no quieren decirlo. Aquí no vino SOS Racismo, ni nadie. Mis hijos aún necesitan apoyo psicológico y solo Josu Bergara se interesó por nosotros. Por eso estoy aquí, para apoyarle porque, aunque yo no vote al PNV, a Josu no puedo sino apoyarle. Para mí ha sido una gran persona”.
Elena P. es otra vecina de Txabarri con una hija veinteañera a la que espera a diario asomada a la ventana hasta que llega a casa y que señala estar harta de la situación que se vive en el barrio. “A ver lo que sale de esto, porque en las televisiones nos están poniendo fatal, pero ya me gustaría que esa gente que gana mucho dinero por hablar viniera 24 horas a vivir aquí y ver lo que no habíamos visto jamás: navajazos, pistolas y peleas por todos los sitios”.
Junto a Elena, otra vecina apunta a que la situación “se está volviendo insostenible” por las trifulcas, el trapicheo y el incivismo. “Este ya no es un problema de Txabarri, es un problema de Sestao”. Su alcalde lo sabe bien y los vecinos volverán a apoyarle para buscar soluciones, esta vez con firmas, que Txabarri Garbi recogerá en bares y comercios.
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