Agilizaba la entrada de inmigrantes con certificaciones falsas
La Audiencia fija en 22 meses de prisión la condena para la vidente de Xinzo
La Voz de Galicia, , 27-05-2014Se enfrentaba la vidente Elsa Altagracia A. J. a una petición de condena que sumaba siete años y tres meses de prisión. Esa pena, de ser acogida por la Audiencia de Ourense, la llevaría a la cárcel. Llegó a juicio acusada de un delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros, por sus manejos para traer a compatriotas colombianas. También le atribuían el fiscal y el abogado del Estado la falsificación de certificados médicos y bancarios, para dar apariencia a las maniobras con las que trataba de allanar la mecánica administrativa y facilitar los permisos de residencia y trabajo. Condenada por este segundo delito y exculpada por el primero, con veintidós meses de prisión no ingresará de manera efectiva en la cárcel.
La sentencia ha acogido las tesis de las defensas. En lo referido al delito contra los derechos de los trabajadores, al advertir la sala que esa vulneración solo adquiere carácter de delito si se vieran seria y negativamente afectados. Las cuatro solicitudes que pasaron el filtro de la Subdelegación del Gobierno, hasta que se detectó el fraude, están en situación regular.
En este caso entiende la Audiencia que la actuación de la acusada tenía como fin ayudar a mujeres dominicanas para que pudiera acceder al mercado laboral, sin evidencia de que fuese a menoscabar la dignidad o atentar contra sus derechos.
No tiene dudas la sala sobre la responsabilidad de la acusada en la elaboración o presentación de certificados médicos falsos de las personas que se prestaban a participar como supuestos empleadores, o de sus familiares presuntamente víctimas de graves dolencias, para dar credibilidad a la petición de internas dedicadas a asistencia domiciliaria, ocupaciones escasamente demandadas por trabajadores españoles. Traía primas y otras parientas. Captaba entre sus clientes a quienes se prestaban para firmar los papeles como empleadores. Uno de ellos fue acusado, como supuesto cómplice. Ha sido absuelto.
La Policía Nacional localizó y detuvo al presunto autor de un intento de robo con intimidación que ocurrió en la plaza ourensana de Saco e Arce el pasado 18 de mayo. Poco antes de las once de la noche, dos jóvenes estaban sentados un banco en esta plaza del casco viejo y otro muchacho se les acercó para pedirles algo de dinero.
Los jóvenes se negaron en principio a dárselo y el mendicante se comenzó a poner nervioso e increpó a la pareja. En un momento dado, según la versión de la policía, el presunto atracador llegó a sacar una navaja para amenazarles si no les daban el dinero que exigía. Pero las víctimas se enfrentaron a él y este acabó por irse.
El pasado viernes, la policía identificaba en la Praza do Trigo de la capital al presunto autor de este hecho, un joven vecino de Ourense de 26 años al que ya le constaban 19 detenciones anteriores. Tras pasar a disposición judicial con la imputación de tentativa de robo con intimidación, el detenido quedó en libertad.
Eugenio García Fernández, más conocido como El atracador de los supermercados, se confesó ayer autor de seis robos con intimidación, castigado cada uno de estos delitos con tres años y ocho meses de prisión.
No obstante, el titular del Juzgado de lo Penal número cuatro aclaró que el acusado únicamente permanecerá once años entre rejas por estos hechos, toda vez que aún tiene pendientes un juicio en Ourense – donde se le atribuyen dos robos más – y un recurso ante el Supremo por una condena de la Audiencia de Pontevedra.
A la hora de acordar estas penas, se tuvo en cuenta la existencia de las agravantes de disfraz y reincidencia, pero también una atenuante por drogadicción. Asimismo, Eugenio García ha accedido a reintegrar los algo más de 4.169 euros que obtuvo como botín de sus fechorías.
Los seis robos que el acusado confesó en el juzgado los cometió entre agosto y septiembre del año pasado en Pontevedra y en Marín y en ellos consiguió cantidades pequeñas de dinero, asaltando desde panaderías hasta supermercados. Utilizaba una pistola de fogueo para intimidar a los empleados.
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