Reino Unido y Holanda anticipan el «tsunami» euroescéptico en las urnas
La Razón, , 22-05-2014Con un mensaje antiinmigración y anti UE, Nigel Farage se ha convertido en uno de los hombres más odiados en Bruselas. Pero la antipatía que despierta en la Eurocámara es inversamente proporcional a las pasiones que levanta en Reino Unido. Los británicos han convertido al líder del UKIP en el político más popular de cara a las elecciones europeas que hoy tienen lugar en las islas. En 1999, la formación consiguió sus primeros tres escaños. En 2004, obtuvo doce y en 2009, los asientos subieron a trece.
Es cierto que su promesa principal es sacar al país de la Unión, pero el discurso viene también edulcorado con un mensaje racista y homófobo que ha puesto el grito en el cielo en Westminster. David Silvester, concejal de Oxfordshire del partido, llegó a decir que las lluvias torrenciales que golpearon a la región a principios de este año eran un castigo de Dios por el matrimonio gay.
Los últimos sondeos situaban ayer al partido como el más votado junto con los laboristas de Ed Miliband. Ambas formaciones contaban con un 27%, frente al 23% que conseguían los conservadores de David Cameron. Presionado más que nunca por el ala euroescéptica de sus propias filas, el primer ministro volvió ayer a remarcar que estaba dispuesto a convocar un referéndum sobre la permanencia del país en la UE si ganaba las próximas elecciones de 2015.
En Reino Unido, las elecciones europeas pasan sin pena ni gloria. Apenas cuentan con el 35% de participación. Pero su proximidad en esta ocasión con los comicios generales las convierten en el mejor barómetro para tomar el pulso a los dirigentes, aunque muchos de ellos son elegidos simplemente como voto de castigo. Por eso será interesante valorar los resultados de las elecciones locales que también tienen lugar hoy en Inglaterra y el Ulster.
Mientras, proeuropeos y antierueopeos se disputan la victoria en Países Bajos. El europeísmo de este socio fundador de la CE ha dado paso a un creciente euroescepticismo entre una población reticente a ceder más poder a Bruselas. Los partidos políticos holandeses son un buen reflejo de la polarización social. Los proeuropeos liberales de izquierdas (D66), y el populista Partido de la Libertad (PVV) se disputan la victoria electoral. El líder del PVV, el xenófobo Geert Wilders, promete combatir al «monstruo de Bruselas», para lo que hay que estar presente en sus instituciones y poder así destruirlo «desde dentro». Para lograrlo, ha creado junto a la francesa Marine Le Pen la Alianza Europea por la Libertad, a la que se han sumado otro cinco partidos ultraderechistas europeos.
El líder ultra holandés hizo gala de su eurofobia el martes en un acto electoral frente a la sede del Parlamento Europeo en el que recortó una estrella de una bandera europea. «No queremos a Bruselas, no queremos a la Unión Europea y esta estrella me la llevo a Holanda para devolvérsela a los ciudadanos holandeses para demostrar que no necesitamos esta bandera europea y que estamos orgullosos de nuestra propia bandera», clamó Wilders.
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