«El viaje no merece la pena, se han quedado muchas vidas en el camino»

El senegalés fundador de la ONG 'Hahatay son risas de Gandiol' presentó en Eibar el libro en el que describe su viaje a España en cayuco

Diario Vasco, FÉLIX MORQUECHO , 22-05-2014

La biblioteca Juan San Martín recibía esta semana a Mamadou Dia, un joven senegalés de 30 años que en el año 2006 arribaba a la isla de La Gomera en un cayuco tras un viaje de 3.052 kilómetros. Ese es el título de su libro una historia que narra un duro viaje, el mismo que siguen tantos y tantos jóvenes africanos poniendo en riesgo sus vidas. Consciente de ser un afortunado por haber salido con vida de aquella experiencia, Mamadou Dia recorre ahora distintas ciudades presentando su libro antes de partir hacia Senegal para continuar un trabajo con el que busca mejorar las condiciones de vida de sus vecinos. ‘Hahatay son risas de Gandiol’ es el nombre de la ONG que ha puesto en marcha.

- ¿Qué es lo que cuenta este libro?

- El libro en sí cuenta el viaje para llegar a España, los ocho días de viaje en cayuco, y lo que es el verdadero viaje que empieza cuando llegas a tierra española y tienes que empezar a buscar la forma de sobrevivir aquí, frente a las leyes de inmigración, frente al idioma, frente a la cultura y el modo de vida de aquí. Cuenta todo lo que tienes que trabajar para ser uno más.

- El libro ha llegado a la tercera edición.

- Así es, y en esta última hemos podido incluir algo sobre los proyectos que hemos emprendido en Senegal.

- ¿En qué momento supo que tenía que plasmar esta historia en un libro?

- Antes de salir de Senegal. Antes de partir yo ya sabía que éste iba a ser un viaje peligroso, que me iba a poner más cerca de la muerte que de la vida. Decidí escribir una carta a mis amigos y en ella les hacía una promesa, les decía que si yo llegaba con vida a España les contaría mi viaje. Y tuve la suerte de llegar y decidí escribir el libro a mis amigos.

- Dice que antes de salir sabía que el viaje iba a ser peligroso. Mucha gente le habrá preguntado ¿por qué?

- Porque pensaba que aquí me esperaba un futuro mejor que el que me podía esperar en Senegal. En ese momento me quedaban dos años para terminar la carrera y no veía ningún futuro en mi país. Entonces me embarqué en este viaje con la idea de vivir dignamente o quedarme en el camino en ese intento. Sabía que estaba mucho más cerca de la muerte que de la vida, porque un cayuco de 12 metros y recorrer 1.700 kilómetros era un peligro enorme, y yo era muy consciente de ello.

- ¿Mereció la pena?

- No merece la pena. Es una pregunta que me hacen siempre. En mi pueblo se han perdido más de 300 personas y desde el año 2000 hasta hoy se han quedado en el mar más de 21.000 jóvenes africanos. Entonces, que mi experiencia haya sido positiva, no sé hasta qué punto, no creo que signifique que ese viaje valga la pena. Se han quedado muchas vidas en el camino, muchos esfuerzos y muchas esperanzas.

- ¿Este libro es una forma de poner cara a esas historias?

- Efectivamente. El libro es una manera de que la gente conozca la injusticia que hizo que mis amigos murieran en el mar. Hay que reflexionar y hay que tratar de poner soluciones para que vivir sea una alegría para todos los seres.

- Hoy en día es habitual cruzarse por la calle, también en Eibar, con jóvenes africanos. ¿Detrás de cada uno de ellos hay una historia así de dura?

- Sí. De hecho cuando hablo con otros me doy cuenta de que mi viaje, aquellos ocho días para llegar a España, comparado con otros es uno de los que menos problemas tuvieron. La gente te cuenta viajes muy duros, con muchísimas pérdidas humanas, los que cruzaron el desierto y se quedaron sin comida ni agua, los que cruzaron desde Libia, Argelia y Marruecos, los que esperaron en el monte Gurugú durante años para saltar la valla… Y no solamente el sacrificio humano para poder llegar a Europa. También hay que pensar en la esperanza de todas esas familias que están detrás de cada emigrante, que viven de lo que trabaja esa persona. La realidad que viven hoy en día es complicada. Estamos frente a una crisis que ha quitado muchas oportunidades a la gente autóctona, pero que a ellos les mata directamente.

- Escribió este libro, lo ha publicado y a partir de ahí ha puesto en marcha una ONG. ¿Cuál es su propósito?

- El objetivo de esta ONG es mejorar las condiciones de vida de mi pueblo, por una parte con proyectos de cooperación y por otra con proyectos de migración. Se trata de sensibilizar a la gente sobre la migración, la verdadera vida que esperan muchos emigrantes a la llegada a tierra europea. También hay que conectar el norte y el sur de otra manera que no sea explotar. Tiene que haber conexiones mucho más humanas. Hay mucha gente aquí dispuesta a ir a África y compartir un proyecto humanitario o un proyecto de voluntariado. Nosotros vinculamos gente que quiere conocer África de esa manera, colaborando con nuestros campos de trabajo.

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