Internacional
Los británicos eligen hoy a sus diputados en Bruselas con el eurófobo Farage en cabeza
ABC, , 22-05-2014Reino Unido y Holanda inician hoy un proceso electoral de cuatro días para elegir a los 751 miembros del Parlamento Europeo. Los resultados se conocerán el domingo a las diez de la noche
«Desde 2010, la Unión Europea nos ha impuesto 3.600 nuevas leyes. Con unos trece millones de palabras, se tardarían 92 días en leerlas. Esta es la Unión Europea en la que nos encontramos ahora, una organización burocrática que escribe nuestras leyes y que nos cuesta 55 millones de libras [68 millones de euros] al día en cuota de socios. La UE no es el bloque comercial al que pensábamos que nos adheríamos». Así arranca el manifiesto electoral del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), tras invitar en el título a los electores británicos a crear un «terremoto» en la política europea [puedes consultarlo aquí].
Las últimas encuestas, como la publicada este miércoles por «The Sun», recogen un empate entre UKIP y la oposición laborista con el 27% de los votos. Los «tories», que en 2009 ganaron con el 28% de los votos, obtienen un 23% en este sondeo, por un 10% de los liberales y un 8% de los Verdes [puedes consultar aquí los resultados]. En los últimos días, los primeros han vuelto a recuperar impulso después de las controvertidas declaraciones realizadas por su líder, Nigel Farage, el fin de semana.
«Es un problema que se instalen familias rumanas en tu calle», dijo el político populista. El comentario le ha valido acusaciones de racista por varios comentaristas y diputados laboristas. Pero Farage se ha negado a disculparse. Y parece haber acertado en la estrategia. «Aquí hay un problema real», explicó después, en referencia a la emigración, «del que todos los demás intentan huir barriéndolo debajo de la alfombra», dijo cuando un periodista de la BBC le preguntó el lunes si quería disculparse por sus palabras, consideradas como ofensivas por muchos.
La propuesta electoral del partido que dirige Nigel Farage, considerada por lo general como populista, euroescéptica y eurófoba, es muy simple: «La única forma de recuperar el control es salirse de la UE». Con este lema, la formación encuadra su discurso en el soberanismo defensivo en el que, en estos comicios, coinciden numerosas fuerzas en ascenso a izquierda y derecha del «establishment». Un fenómeno de fuerte desencanto con la clase política tradicional que podría entregar la victoria a Farage en Gran Bretaña y a Beppe Grillo en Italia e, incluso, al Frente Nacional en Francia.
El programa de UKIP culpa a la Unión Europea de la apertura de puertas a rumanos y búlgaros el pasado 1 de enero, de que la población de Gran Bretaña vaya a crecer en tres millones de aquí a 2020, de la «presión en los colegios» y la «carga masiva en la Seguridad Social» que provoca una «inmigración comunitaria ilimitada». Critica la política pesquera común por destruir miles de empleos en las «comunidades costeras británicas». Denuncia al Tribunal Europeo de Derechos Humanos por reconocer el derecho de voto de los presos.
Y, además, acusa a la política medioambiental de la UE del «incremento en los apagones»… y hasta del precio de la gasolina. Un discurso victimista, que personifica en Bruselas y en la clase política tradicional la culpa por las políticas de austeridad y la pérdida de empleos en sectores tradicionales e industriales, y por las transformaciones sociales que trae la diversidad cultural, racial y religiosa en las sociedades europeas.
Un discurso muy similar al que dará alas en estos comicios al partido anti – euro Alternativa para Alemania (AfD) en Alemania, al islamófobo Geert Wilders en Holanda, a los neonazis de Amanecer Dorado – que podrían lograr su primer escaño europeo – , o al partido de Jobbik en Hungría, con un discurso racista contra los gitanos. Un discurso que ha germinado con fuerza por el impacto social en Europa del «crack» financiero de 2008 y de la crisis de la deuda en el continente. «Dejar entrar a España en el euro fue un error de los fanáticos del Estado europeo», explicaba Farage a la prensa extranjera en febrero.
Sitiado por estos extremos, el centro de gravedad político abarca, en el ámbito europeo, a las familias conservadora (con 274 escaños en el parlamento saliente) y socialdemócrata (196), a los liberales (83), con Los Verdes y la Izquierda Unitaria navegando dentro y fuera del llamado «mainstream», representado en un Parlamento Europeo de 751 miembros. Y del que, irónicamente, el líder de UKIP, Nigel Farage, forma parte desde 1999. Un via crucis remunerado generosamente, sin embargo, a la luz de la literatura electoral de su partido.
Mientras no llegue la ansiada salida británica de la UE, explican en su programa, «seguiremos yendo a Bruselas y a Estrasburgo con una misión diferente a la de los demás partidos. No vamos allí a hacer una UE mejor, más fuerte, o a ayudarla a adoptar más leyes. Vamos allí a enterarnos de qué están haciendo para contároslo. Algunos de nosotros pasados, desgraciadamente, mucho tiempo allí, para asegurarnos de que sabemos qué están cocinando…».
Y, si aciertan los sondeos, allí seguirá Farage. Desafiando no solo al orden europeo establecido sino, sobre todo, la política europea del primer muinistro conservador, David Cameron. Este ha prometido un referéndum sobre una posible salida de la UE en 2017 si los «tories» siguen en el gobierno después de las generales de 2015. Pero, en realidad, lo ha hecho obligado por la presión que UKIP pone a los conservadores por el lado euroescéptico.
Una posición que les genera contradicciones permanentes con su condición de partido de gobierno y socio europeo, como han puesto de manifiesto una serie de informes ministeriales sobre el impacto de las políticas europeas, que concluyen por lo general que la pertenencia a la UE es beneficiosa para el Reino Unido. Un regalo electoral para Farage, dispuesto a capitalizar la tentación de voto de castigo que siempre brindan las europeas.
Los británicos están llamados además a votar hoy en unas elecciones municipales parciales, para elegir 161 concejos locales y 4.216 concejales en todo el país. Los resultados de las europeas no se conocerán hasta el domingo hacia las diez de la noche, una vez hayan votado británicos y holandeses hoy, checos e irlandeses mañana, y el resto de países el sábado y el domingo. La participación a nivel europeo en 2009 fue tan solo del 43%. En 1979, votó el 62%.
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