Mesa de Redacción
Inmigrantes
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 21-05-2014Solo cuando ocurren tragedias como la de Lampedusa reparamos en que al sur de Europa, en las costas africanas, miles de personas aguardan su turno para embarcarse en una peligrosa aventura con la que esperan cambiar su destino. Muchos lo logran pero muchos más son devueltos a sus países o, simplemente, mueren en el intento. Ayer pudo ocurrir una desgracia de la dimensión de la de Lampedusa. Por fortuna la marina italiana pudo rescatar sanos y salvos a los pasajeros de dos barcazas que navegaban con muchas dificultades en las revueltas aguas de Sicilia. Más de 500 personas viajaban a bordo, de las que 64 eran mujeres y 113 menores. El hecho no tiene nada de extraordinario. Según datos del servicio europeo de control de fronteras, Frontex, en 2014 han sido más de 42.000 los inmigrantes detenidos cuando trataban de entrar en Europa, el triple de los apresados en el mismo periodo el año pasado. Europa sigue empeñada en ponerle puertas al campo y es incapaz de controlar el incesante éxodo de ciudadanos africanos. Porque es imposible, aunque hay quien cree que no y por eso va a confiar su voto a personajes como Marine Le Pen o Neil Farage, dos representantes de la variada oferta xenófoba que crece en Europa.
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