Bilbao – Ha pasado casi un año, pero cuando en Bilbao se nombra al falso shaolín, sigue siendo inevitable sentir un terrible escalofrío. Juan Carlos Aguilar está en la cárcel desde su detención, el 2 de junio de 2013, acusado de asesinar y descuartizar a la colombiana Jenny Sofía Revollo, así como de secuestrar y dar muerte a la nigeriana Mauren Ada Otuya. Sigue a la espera de juicio, que se celebrará con toda probabilidad hacia el mes de octubre; por ello, las partes han comenzado a registrar sus peticiones. Así, según se hizo público ayer, la fiscalía solicita para Aguilar 40 años de cárcel 20 años por cada víctima, ya que considera que en ambos casos se trató de un “asesinato con alevosía”; asimismo, reclamará una indemnización para las familias de las víctimas de 286.800 euros. Por su parte, la abogada de Clara Campoamor, asociación que ejerce la acusación popular, y la representación legal de la familia de Ada coinciden en solicitar al juez 25 años por cada asesinato. En ambos casos, los letrados consideran que en las muertes de Jenny y Ada hubo “ensañamiento y alevosía”. Además, en el caso de la mujer nigeriana habría que añadir “detención ilegal”, por lo que suman otros cuatro o seis años de cárcel a la petición anterior. Las indemnizaciones exigidas para las familias de las víctimas son más elevadas que las de la fiscalía.

Dos muertes El 2 de junio del pasado año, los agentes de la Ertzaintza detuvieron a Juan Carlos Aguilar, después de ser pillado in fraganti mientras propinaba a Mauren Ada Otuya a un paliza mortal en el gimnasio que regentaba en la calle Máximo Aguirre. Ada estaba atada de pies y manos y prácticamente muerta. Fue trasladada al hospital, donde falleció tres días después.

Aquel brutal descubrimiento destapó un templo de los horrores. El Zen4 había sido escenario de otra agresión mortal. Jenny fue presuntamente agredida y descuartizada el 25 de mayo por el falso shaolín y sus restos fueron hallados en bolsas repartidas entre su casa y el gimnasio. Se especuló con la posibilidad de que hubiera más víctimas, pero la investigación se cerró sin encontrar pistas que dieran solidez a esa hipótesis.