Los datos facilitados por el INE han hecho saltar la alarma. En 2013, un total de 4.500 jóvenes de Gipuzkoa, de entre 20 y 34 años, se han ido fuera del territorio, mientras que los mayores de 65 han aumentado en 3.700. En este momento, en Gipuzkoa con 714.969 habitantes, sólo hay 112.550 jóvenes con edades entre los 20 y 34 años, y 147.565 mayores de 65, es decir 35.000 más de desnivel favorable a los de edad avanzada. Esta caída de la población joven es extremadamente llamativa en Gipuzkoa y merece un análisis más detallado. Tradicionalmente, solo una de cada tres personas entre 16 y 24 años es activa en la CAV. O dicho de otra forma solo un 34% de la población trabaja, mientras el 66% restante es considerada inactiva a efectos laborales. De este segmento de población, jóvenes en periodo de formación, solo se han ido en Gipuzkoa un 0,8%. Del nicho formado por jóvenes entre 25 y 29 años, que prolongan sus estudios o inician sus periodos de prácticas, se han marchado un 3,81%. Finalmente, de los que tienen 30 a 34 años, es decir los que buscan trabajo activamente y se les presupone un grado alto de formación, se fueron 2.838 jóvenes, es decir un 5,74%. Las previsiones sociológicas, estiman que esta sangría juvenil continuará en nuestro territorio en los próximos años por el éxodo en busca de trabajo, por el descenso de natalidad que se produjo en la década de los 90, y por el regreso de los inmigrantes a sus países de origen. De hecho, en 2013 se redujo por primera vez en Gipuzkoa el número de extranjeros, concretamente descendió en 380 personas. Todo este galimatías se complica con el repunte de población mayor, no guipuzcoana, procedente de otros puntos de la CAV, del Estado, o de la inmigración. Es posible que se esté produciendo un efecto llamada, debido al AGI (Ayuda de Garantía de Ingresos) que permite en Gipuzkoa el pago de una prestación a las familias sin ingresos a partir de los seis meses de empadronamiento.