La convivencia en armonía, beneficio para todo el centro

El instituto Monte Neme carballés clausurará esta tarde sus jornadas

La Voz de Galicia, Patricia Blanco , 15-05-2014

El instituto Monte Neme carballés abrió ayer sus primeras Xornadas de convivencia en harmonía, una iniciativa que, según apuntó la directora del centro, Ana Alcalá, espera que tengan continuidad. Carmen Rodríguez – Trelles, directora del instituto Blanco Amor de Culleredo, y María Teresa Reigosa, coordinadora del proyecto de convivencia en ese centro, fueron las invitadas en el primer día.

La exposición de ambas, complementándose una a la otra en las intervenciones, vino a redundar en los beneficios que tiene para el centro educativo al completo una convivencia armónica. De ella sacan provecho todos, también los profesores, y no solo los alumnos conflictivos, aunque sea en estos donde más se interviene. Las dos representantes del Blanco Amor, un instituto inaugurado en 1999 y hoy con problemas de saturación (785 peticiones de plaza, pese a tener solo ESO), repasaron las iniciativas del centro. En el curso 2008 – 2009, de hecho, su trabajo en materia de acogida de alumnos inmigrantes les valió un premio de la Consellería de Educación.

Con respecto a la tutoría de convivencia, son tres años los que lleva funcionando en Culleredo, los dos primeros con carácter experimental. Había que dar una solución a los alumnos con problemas, pero teniendo en cuenta el contexto del centro: hoy, tiene nueve aulas de primero de ESO, siete de segundo, seis de tercero y cuatro de cuarto. Y 30 alumnos por clase. Ello, añadido a ser un municipio con mucha población inmigrante y periferia de A Coruña, funcionando como concello dormitorio en gran medida, aunque las cosas han ido cambiando.

Dos líneas de trabajo

El proyecto que ayer vinieron enseñar desde Culleredo al instituto carballés Monte Neme tiene dos grandes líneas de la que muchos centros de la Costa da Morte pueden tomar nota: una correctiva dirigida a ese pequeño núcleo de alumnos con conductas disruptivas que desgastan el sistema, y otra dirigida a todos: preparar a los alumnos para el ocio sano, un ocio de calidad que los aleje de «actividades que parecen inevitables y no lo son», como el botellón. Optimizar recursos, prevenir, mejorar el rendimiento y ayudar al desarrollo de la personalidad son los objetivos de su tutoría de convivencia, en el que, implicándose alumnos, profesores, familias y organismos externos, han de hacer sentir al alumno que es necesario en el grupo y en el centro.

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