Córdoba / CONFERENCIAS DE PRESENCIA CRISTIANA

El arzobispo de Tánger habla del drama de la inmigración

El periodista y escritor presentó ayer en el Palacio de Orive su nueva obra que, editada por la editorial El Páramo, se centra en la historia del certamen

ABC, A. V. CÓRDOBA, 14-05-2014

«Un grito desde África, una mirada creyente a las fronteras». Con estas palabras sintetizó monseñor Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, la intervención que protagonizó en el salón de actos de Cajasur, dentro del ciclo de conferencias de primavera organizado por la asociación Presencia Cristiana.

Monseñor Agrelo salpicó su conferencia con anécdotas y experiencias vividas en primera persona, consciente de que «desde los hechos es más fácil tomar conciencia».

En efecto, la tesis del conferenciante, avalada por su experiencia de arzobispo en Tánger desde 2007, es que Europa «mira hacia otro lado» y no quiere ver el drama de los africanos que, desesperados, quieren venir y trabajar en el Antiguo Continente porque en el suyo se les cierran todas las puertas: «Ellos son los primeros que sufren la violencia en sus países de origen, y no dejarles pasar es también una forma de violencia». Sobre la existencia de mafias que controlan y explotan a estas personas, monseñor Agrelo aseguró que «las mafias existen porque las hacen posibles los gobiernos; éstos cierran las puertas y los desaprensivos se ofrecen para ‘solucionar’ el problema, aunque en realidad lo que hacen es esclavizarlos».

El arzobispo, natural de La Coruña y franciscano, denunció que «Europa no tiene una política de inmigración, sino sólo una política de fronteras, de la que pronto se avergonzará porque el problema seguirá durante mucho tiempo si no se cambia de actitud desde este lado del Mediterráneo».

Conferencia, ayer, de Santiago Agrelo (en el centro) organizada por Presencia Cristiana

Francisco Solano Márquez vuelca su erudición sobre la ciudad en una nueva obra, titulada «Córdoba es patio» (Editorial El Páramo), que se centra en la manifestación popular más genuina del mes de mayo. El periodista y escritor presentó ayer su libro en el Palacio de Orive.

—Empecemos por el principio. ¿De dónde vienen los patios?

—El patio de herencia mediterránea ya está presente en la Corduba romana fundada por el pretor Claudio Marcelo a mediados del siglo II antes de Cristo. Lo evidencian testimonios arqueológicos que han llegado hasta hoy, como el que se conserva en el sótano del hotel Hospes Bailío, visible a través del pavimento transparente del comedor. Para el arquitecto López de Rego son los musulmanes —fascinados por la trilogía luz, agua y vegetación—, los creadores del genuino patio cordobés a partir de la casa romana, que transforman. En Medina Azahara perviven ejemplos como los patios de los Pilares y de la Alberca.

—El certamen tiene aceptación popular ahora, pero no siempre ha sido así. De hecho, el primero que se organizó no fue precisamente un éxito, ¿no?

—En efecto. El certamen nació en 1921 y se saldó con un fracaso, pues solo se presentaron tres patios y ganó el de la calle Empedrada número 8, que aún se conserva. Tan desalentador resultado desanimó sin duda al Ayuntamiento, que no lo volvió a convocarlo. Entre 1925 y 1929, durante la Dictadura de Primo de Rivera, se celebró un concurso de cruces en los patios con el fin de recuperar la tradición de los altares domésticos.

Fue en 1933, durante la Segunda República, cuando volvió a plantearse. Desde entonces, y con algunas interrupciones durante la Guerra Civil, la inmediata posguerra y los años 53 y 54, en que se refundió con el concurso de cruces, se ha prolongado hasta hoy, con un total de 75 ediciones. Cumple por tanto este año sus bodas de diamante.

—Su libro tiene un afán enciclopédico y aborda todas las facetas de esta manifestación ciudadana. No olvida las plantas. ¿Cuántas especies de ellas hay en los patios?

—Los profesores Eugenio Domínguez e Inmaculada Porras han localizado en los patios cordobeses cerca de doscientas especies, que el libro recoge por orden alfabético. Quizás el mayor catálogo vivo de flora jardinera resida en el Palacio de Viana, con más de setenta, sin olvidar el espacio dedicado por el Jardín Botánico al patio cordobés, con unas cuatrocientas macetas.

—¿Cuántas casas han participado en el certamen desde sus inicios?

—En las 74 ediciones celebradas hasta 2013 suman 313 distintos, una cifra llamativa pero algo engañosa, pues la mitad de los participantes lo hicieron esporádicamente una o dos veces, por lo que no son representativos. El censo de patios concursantes se caracteriza por su inestabilidad: sólo treinta de ellos compitieron más de veinte veces.

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