Internacional
Los refugiados afganos denuncian estar atrapados en un limbo legal en Turquía
ABC, , 12-05-2014No pueden trabajar ni transitar libremente por el país. Las solicitudes de asilo se incrementan mientras Europa cada vez concede menos
Ni acceso a la sanidad, ni permisos de trabajo, ni derecho a la educación. Miles de afganos sobreviven en Turquía mientras esperan a que se tramiten unas solicitudes de asilo que nadie en Europa acepta. Para denunciarlo, 250 de ellos acampan desde hace un mes ante la sede del ACNUR en Ankara.
Una decena de tiendas de lonas de plástico se alinean en un descampado. Este improvisado campamento, en el que viven también 40 niños, pretende llamar la atención sobre la situación de unos 27.000 ciudadanos afganos atrapados en Turquía.
Doce de los manifestantes, en un gesto desesperado, han llegado a coserse la boca como parte de una huelga de hambre iniciada para reclamar que se les haga caso.Uno de los acampados, Zakira Frotan, que se presenta como portavoz de la Coordinadora de Refugiados Afganos, ha explicado a Efe que llevan más de un año sin poder entregar sus solicitudes de asilo al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Turquía no concede asilo a refugiados que no provengan de Europa y sólo se considera un país de tránsito donde se puede solicitar asilo a la ONU para ser trasladado a otro país. Pero este proceso se ha suspendido ya tres veces, denuncia Frotan.«Naciones Unidas culpa a Turquía: señala que otros países ya no aceptan a más refugiados afganos y que nuestros problemas deberían resolverse aquí», explica.
«Pero aquí no podemos tener un permiso de trabajo, ni enviar a los niños al colegio. Estamos viviendo en barrios de la periferia como si fueran una cárcel: incluso si nos aceptan en una universidad, no tenemos derecho a salir del municipio en el que residimos», denuncia el portavoz.
Turquía impone estrictas normas a los solicitantes de asilo, como la obligación de presentarse regularmente en la comisaría y de pedir un permiso específico para trasladarse a cualquier otra ciudad.«Hay pacientes de cáncer que han muerto por no recibir tratamiento. Hay gente que necesita diálisis y no puede pagarla. Y, dado que no nos dan permisos de trabajo, incluso los que tienen una cualificación alta sólo pueden trabajar (ilegalmente) por salarios de esclavos», revela Frotan.
Metin Çorabatir, un antiguo alto cargo del ACNUR que ahora es vicepresidente del Centro de Estudios para Asilo y Migraciones, confirmó a Efe que los afganos tienen razón con sus quejas.«Turquía mantiene la restricción geográfica (firmó la Convención de Refugiados de Ginebra en 1951 con esta cláusula) y sólo acoge a refugiados de Asia para que ACNUR los envíe a otros países pero, desde hace cierto tiempo, ya nadie acoge ni a afganos ni a somalíes», señala.
Iraníes e iraquíes todavía tienen opciones de obtener asilo con ACNUR, aunque el proceso pueda tardar varios años.Turquía acoge a unos sirios que viven en 22 campamentos en el sur, donde reciben comida, atención médica y educación, mientras otros 700.000 viven por su cuenta en el país, de forma semilegal, pero sin las restricciones de los solicitantes de asilo..
Un diplomático europeo, que habló bajo condición de anonimato, confirmó a Efe que Europa acepta cada vez menos solicitudes de afganos, incluso de quienes ya están en la Unión Europea (UE), y envía a muchos de vuelta a Afganistán.
El paulatino cierre de puerta se debe en parte a que Estados Unidos presiona para que Afganistán se presente como «país seguro», al tiempo que retira sus tropas, y la presencia de un contingente de la OTAN influye para que Europa considere aceptable la deportación de los afganos a su tierra, indicó a Efe otra fuente diplomática.
El número total de solicitantes de asilo que llegan a Turquía se ha triplicado en los últimos dos años, sin contar a los sirios.Un portavoz de ACNUR afirmó a Efe que en la segunda mitad de 2012, el número de afganos que pidieron asilo a este organismo en Turquía subió un 1.500 % respecto al semestre anterior, algo que achacó en parte a que las sanciones contra Irán han hecho empeorar las condiciones de vida allí.
«La mayoría de los afganos que entran a Turquía llegan desde Irán», explicó, añadiendo que algunos de ellos ya habían nacido en campamentos de refugiados afganos en ese país.
Si Europa es reacia a facilitar el proceso de asilo de quienes se hallan en Turquía es en parte porque teme que en tal caso llegarían aún muchos más de los aproximadamente 2 millones de afganos actualmente residentes en Irán, creen algunos refugiados.
«Hace dos años, la oficina turca tenía en cola unas 15.000 solicitudes y hoy son 83.000. El mayor grupo son los iraquíes, con 35.659 casos, luego vienen los afganos, con 26.747 y detrás los iraníes con 10.106, pero hay solicitantes de unos 60 países. ACNUR no tiene capacidad para afrontar un problema en franco crecimiento», explica Çorabatir. El experto opina que otros países deberían arrimar el hombro para no dejar a Turquía sola frente a un drama humano de esa magnitud.
«El ACNUR nos manda a hablar con las autoridades turcas y los turcos nos mandan de vuelta al ACNUR. Ambos quieren que otros países se responsabilicen, pero ACNUR ni siquiera inicia el proceso para mandarnos a otra parte. Lo que nos queda es una muerte lenta», lamenta un refugiado afgano acampado frente a las oficinas de Ankara.
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