"La gente te tiene que querer tal y como eres"

Así lo afirma Lorea Puri Suescun, joven navarra de origen chino que ayer participó en una cita de familias adoptivas que constatan cómo la sociedad ve a sus hijas diferentes

Diario de Noticias, Un reportaje de Lola Cabasés Fotografía Patxi Cascante, 11-05-2014

Me siento bastante sola en Lodosa, es la verdad, pero como tengo a mis primos y amigas en Pamplona pues… me vengo a Pamplona". Así de clara es Lorea Puri Suescun, una joven que a punto de cumplir 17 años lleva desde que tenía año y medio en Navarra. Vino de China y aquí ha crecido, estudia y pertenece a un grupo de teatro. “Me gusta ser sincera y mis compañeros ya me ven como estoy. La gente te tiene que querer tal y como eres”, manifestó ayer en la mesa redonda que celebró la Asociación Panda en Zizur después de proyectar Generación Mei Ming. Miradas desde la Adolescencia, un documental en el que seis chicas chinas adoptadas relatan como están afrontando su adolescencia.

Al evento acudieron más de 200 personas con sus hijas adoptivas que participaron en un coloquio que sirvió para despejar dudas, recibir consejos y, sobre todo, para compartir experiencias y atender como ven su entorno y relaciones las jóvenes adolescentes. Lorea, la única niña navarra en la mesa, compartió su experiencia con dos de las protagonistas del documental – Ana Lin Juarez, de Santander e Irene Rong González, de Salamanca – . Junto a ellas, el director del documental, David Gómez Rollán, de Salamanca que ha hecho este trabajo animado por su hermana china de 10 años; de la trabajadora social, experta en adopciones y madre Isabel Azcona; de Silvia Pérez Guerrero, representante de Panda, y de Severiano Juárez, padre de niña china.

“La gente te tiene que querer tal y como eres porque lo importante es el interior de las personas, no las apariencias”, señalaba Lorea al terminar el encuentro mientras su amiga Anaïs Chun Bao, de Salvatierra, corroboraba sus palabras. Y es que ayer, se puso de manifiesto que los jóvenes adoptados aún están estigmatizados por la sociedad y más aquellos con rasgos físicos diferentes. “Lo principal es enseñarles a saber defenderse porque, desgraciadamente, la gente se mete con ellas. Les llaman chinas o, en ocasiones, les hacen preguntas por la calle que no harían a otras jóvenes”, asegura Azcona que aconseja informarles desde el principio de que es adoptivo para “que se familiarice con la palabra, lo entienda al pasar los años y lo vea con naturalidad”.

La sociedad, en todos los ámbitos y a casi todas estas niñas “les hace sentirse diferentes”, dice Azcona y por eso es importante ayudarles a reafirmar y reforzar su identidad cuando entran en la adolescencia. Las niñas también fueron claras: Quieren tener información de sus orígenes y guardar referencias pero prefieren esperar a que les surjan los interrogantes antes de saber sobre sus familias biológicas o sobre los orfanatos, e incluso son más partidarias de ser ellas las que planteen cuando viajar a China. Ana Juárez dijo que del colegio quitaría las referencias al árbol genealógico y ante la pregunta de ¿gustáis más?, respondió sonriente: “Me dicen que soy exótica, que soy mona, pero no ligo”

Silvia Pérez, madre de niña biológica y de china asegura que “las niñas chinas son muy fáciles de llevar, son muy inteligentes. El último informe que pone tan bien al alumnado reconoce que si se quita a las escolares chinas el nivel baja”. La asignatura pendiente, no obstante, sigue siendo educar en la diferencia.“El racismo viene del desconocimiento del otro. Cuando se conoce su cultura, se aprende a valorarle”, dijo Severiano Juárez.

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