Dos enclaves para la tolerancia y la deportividad
Canarias 7, , 09-05-2014
El derbi se vivirá de una manera muy especial en dos enclaves futboleros y que se caracterizan por ser plazas de máxima tolerancia y deportividad. Todo un ejemplo para las aficiones. El Bar Diego, en Teror, y el popular Benjamín, de La Laguna.
En el Diego luce la bandera del Tenerife y siempre hay taburetes para Demetrio, un chicharrero de pro que reside en el pueblo, y varios de sus paisanos. «Aquí no hay fanatismos y sí mucha consideración. Vivimos el fútbol de manera sana. Nos han dicho que no han visto en muchos bares de Gran canaria motivos del Tenerife. Pues nosotros aquí tenemos su bandera y su bufanda. Y también la de la UD», dice Sergio desde la barra, «orgulloso» de haber convertido el establecimiento «en punto de encuentro de la canariedad».
«Yo quiero que gane la UD. Pero si no puede ser, pues a felicitar a los del Tenerife y punto. Lo importante es disfrutar y mañana lo haremos», añade ante la complicidad de sus clientes.
En el corazón de La Laguna, en la calle Heraclio Sánchez, sigue en pie el bastión amarillo en Tenerife. El bar Benjamín supone el símbolo para muchos emigrantes y estudiantes grancanarios matriculados en La Laguna, además de un lugar que simboliza una convivencia pacífica entre grancanarios y tinerfeños.
Benjamín, un emigrante de Valleseco que no se siente como tal en la isla vecina en la que reside hace casi cuarenta años, fue el que puso en marcha un lugar convertido en referencia por su afamada ensaladilla y tortillas. «Cada vez que se enfrentan los dos equipos, montamos una fiesta en el bar. Muchos grancanarios que viven en Tenerife y estudiantes de la Universidad, vienen y disfrutamos del partido con aficionados del Tenerife», afirma. Las de otros grancanarios, estos de la capital, María Victoria López y Pepe Ríos, que evitaron el cierre definitivo de este bar con solera y tradición en La Laguna después de la retirada de su dueño inicial. «No podíamos dejarlo desaparecer sin más. El Benjamín siempre ha sido un referente sentimental y cuando vimos que Benjamín lo dejaba por razones de salud, no lo dudamos. Hemos mantenido la esencia del establecimiento, pero dándole nuestra impronta personal», afirma el matrimonio.
Además de ser un ejemplo de deportividad entre aficiones, María Victoria y Pepe no han renunciado a las camisetas y banderas que engalanan desde hace años el local, también han convertido el bar en un referente en la integración de discapacitados. «Dada nuestra vinculación a la coordinadora de discapacitados, convertimos el establecimiento en un centro de empleo especial. Nuestro objetivo con el Benjamín no era de lucro, sino mantener un local con tradición, un punto de encuentro de aficionados del fútbol, y dar trabajo a personas con discapacidades como nosotros. Por ahora hemos empleado a tres, ojalá podamos ampliar el número», desean. Y pronostican un 2 – 1. Para la UD, faltaría más.
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