CDC puso en riesgo la detención de tres sicarios colombianos

La federación politizó la presencia de agentes de paisano de la Policía cerca de su sede, obligando a modificar el dispositivo

El Mundo, JAVIER OMS / Barcelona, 08-05-2014

La operación de la Policía Nacional
que ha permitido detener a tres sicarios
colombianos en Barcelona
cuando preparaban el secuestro de
un empresario estuvo cerca de
abortarse a causa de la intervención
de Convergència Democràtica
de Catalunya (CDC). Así lo aseguran
fuentes policiales consultadas
por este diario, las cuales garantizan
que las unidades que llevaban
investigando el caso temieron por
su resolución después de que el
partido nacionalista revelara ante
los medios de comunicación y en el
mismo Congreso de los Diputados
la presencia de agentes de la Policía
de paisano cerca de donde iba
a producirse el secuestro, la sede
de CDC en Barcelona.
El partido obligó a los responsables
del operativo de vigilancia a
modificar su estrategia después de
que, a mediados de marzo, su servicio
de seguridad denunciara a los
Mossos d’Esquadra la presencia de
tres personas sospechosas «espiando
» sus oficinas centrales, en la calle
Córcega. Poco después agentes
de la policía autonómica se personaron
en la zona, identificando a
uno de los sospechosos como un
agente de la Policía Nacional que
aseguró que se encontraba realizando
una investigación vinculada
con un caso de crimen organizado.
La actuación de los Mossos, sin
embargo, fue posteriormente filtrada
a medios de comunicación digitales,
donde se dio por buena la tesis
sostenida por el partido nacionalista
de que estaban siendo
sometidos a un caso de espionaje
por parte de agentes de la Policía.
Una circunstancia que provocó, al
tiempo, una intensa campaña de
denuncia a través de redes sociales
como Twitter y que fue aprovechada
por CDC para acusar al Gobierno
de utilizar a la Policía para espiarles
a cuenta del proceso soberanista.
Dichas acusaciones, que el
grupo parlamentario de CiU llevó
hasta el Congreso de los Diputados,
fueron rechazadas pocos días
después tanto por el director general
de la Policía, Ignacio Cosidó,
como el propio ministro del Interior,
Jorge Fernández Díaz. El ministro
reclamó ayer al partido nacionalista
que pida «disculpas»
después de que se conociera el verdadero
objetivo de los agentes,
quienes temieron que los sicarios
hubieran huido.
La operación, que ha permitido
desarticular la mayor célula de extorsión
de la banda de Los Urabeños
en España con 13 detenidos,
evitó que los sicarios secuestraran
a un hombre para ocultarlo en un
piso que ya tenían preparado en la
localidad de Begues.

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