«Mi hijo no podrá olvidar que lo quisieron asfixiar con su padre»
Tres años y medio de prisión por un atraco en un comercio de Xinzo
La Voz de Galicia, , 08-05-2014A Nora Azziam, la madre del niño de cinco años que el 1 de julio del 2012 fue golpeado, atado y amordazado por los autores de un atraco en Comercial Marrakech, le parece poca pena los tres años y medio de cárcel que cumplirán los responsables de aquella acción, pero entiende y acepta que la ley es así. «Ellos pueden cumplir la condena, la cumplen y se olvidan del caso, pero un niño pequeño de cinco años, que fue pegado, que ha visto a su padre y su tío asfixiados, que le pusieron un trapo encima de la cabeza, quieren asfixiarlo y meterlo en una caja… Mi hijo vivirá con ello durante el resto de su vida y nunca va a poder olvidar que quisieron asfixiarlo con su padre».
Esta mujer de origen marroquí, citada ayer como testigo en el Juzgado de lo Penal 1 de Ourense y no llegó a declarar toda vez que los dos acusados prestaron conformidad a la condena, cree que lo ocurrido aquel día de julio es «un atentado, es como si intentaran matar a tres personas al mismo tiempo».
Llama la atención Nora sobre el contraste que a su juicio supone una reciente condena, también a varios años de prisión, a una mujer que sustrajo unas joyitas y robó una tarjeta de banco y obtuvo quinientos euros. En su caso le resulta extraño que el caso se haya cerrado con una condena de tres años y medio de prisión, con penas menores de localización permanente por tres faltas de lesiones y una de malos tratos.
Los dos senegaleses que compartieron banquillo son Ousmane Thian y Serigne Bassirou, con residencia legal en España. Permanecen en prisión desde que fueron detenidos el mismo 1 de julio del 2012, cuando, en su huida, intentaron ocultarse en un poblado gitano, que se vieron obligados a abandonar precipitadamente al ser perseguidos con bastones por los residentes. De regreso a Xinzo, gracias a las indicaciones que la esposa del comerciante había dado a la Guardia Civil sobre el vehículo que utilizaban, los dos atracadores fueron apresados.
Los acusados habían acudido a Xinzo desde Valencia, en compañía de otras cuatro personas no identificadas, para cerrar una operación de compraventa de ropa que previamente habían gestionado por teléfono. Emplearon un turismo y una furgoneta alquiladas. Una vez en Comercial Marrakech, en la avenida de Madrid, los supuestos clientes esgrimieron una pistola, amenazaron al comerciante, a su empleado y a un niño de cinco años, los golpearon, ataron y amordazaron con bridas y con cinta de embalar, utilizando bolsas de plástico en la boca.
Para la identificación resultó determinante que Nora regresara a la tienda cuando los ladrones salían, por lo que vio los coches que usaban. Uno de los atracadores aún llevaba consigo un bolígrafo del que se había apropiado en la tienda y que le fue ocupado en el registro.
La madre del pequeño confesaba ayer que había sido «un golpe de suerte» que ella los hubiera visto. Y aunque en algún momento se especuló con la posibilidad de que atracadores y víctimas se conocieran, a raíz de que la Policía implicara a los dueños de este establecimiento en una trama de falsificación y distribución de ropa falsificada en España, Nora negó ayer de forma rotunda esa posibilidad. Dieron palos en toda España, pero nunca se les identificó. «Fue un golpe de suerte», dice.
«Vi el furgón, sospeché y al entrar estaban precintados en la cara, no tenían forma de respirar», sostiene, en referencia a la situación de su marido y el empleado de la tienda. Salió tras ellos, añade, porque en un principio no vio al niño. «Solo vi cajas tiradas y creí que habían cogido a mi hijo», dice Nora Azziam, quien, cerrado ahora este caso, desea que pronto se resuelva otro asunto que los salpicó a finales de año.
Detenidos por otro caso
La policía situó el mismo establecimiento de Xinzo como parte de una supuesta trama de distribución de ropa falsificada y blanqueo de dinero. Estuvieron en prisión más de un mes y ahora esperan al fin de un caso cuya dimensión se fue rebajando a medida que pasa el tiempo. Están en libertad con fianza.
Siguen en Xinzo. «Mi marido no es imán, como entonces se dijo, de mezquita alguna, ni de la asociación islámica. Es una persona que tiene más formación universitaria que los demás, pero nada más: si fuera un terrorista, no estaría con él», afirma.
«Si yo tuviera 50.000 euros en el bolsillo, cogía a mi marido y a mis hijos y me largaba» de vuelta a casa, a Marruecos, pues con ese dinero «allí puedo tener una casita», concluye.
Los atracadores intentaron esconderse en un poblado gitano y los expulsaron
Cuatro de los seis autores materiales del robo no llegaron a ser identificados
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